Un centenar de hoteleros lleva el Ayuntamiento de Barcelona a los tribunales
Los empresarios recurren el plan de equipamientos turísticos que obliga a renunciar a plazas de alojamiento si se hacen reformas de calado
El conflicto entre los hoteleros y el Ayuntamiento de Barcelona por el plan especial urbanístico de alojamientos turísticos ha llegado a los tribunales con el recurso contencioso-administrativo de más de un centenar de empresarios. Se quejan de que para hacer reformas de gran calado deben renunciar al 20% de las plazas y avisan que se condena a la ciudad a tener una planta hotelera antigua.
La reacción era más que previsible en el momento en el que el equipo de gobierno dio luz verde al plan especial urbanístico de alojamientos turísticos (Peaut) sin contar con el apoyo de parte del sector. Más de un centenar de hoteleros de Barcelona han presentado un recurso contencioso-administrativo contra la normativa que entró en vigor el pasado marzo. La razón principal que esgrimen es que les impedirá hacer reformas de gran calado en sus establecimientos. Si lo hacen, deberán renunciar al 20% de las plazas, un hecho que, según explicó el Gremi d’Hotels de Barcelona, condena a la ciudad a tener una planta hotelera antigua y que acabará afectando a la calidad del turismo y también a los vecinos.
El presidente de los hoteleros de Barcelona, Jordi Clos, no entiende la situación de conflicto tan exagecifica rada que ha desencadenado el Ayuntamiento. No sólo por el Peuat, que les señala directamente como responsables de los problemas que genera el turismo, sino también por la sensación creciente de turismofobia que se extiende por la ciudad. Consideran que la incorporación de una medida que busca la reducción de plazas hoteleras a costa de las reformas hace daño a todo el sector. Este tipo de remodelaciones son muy comunes en estos establecimientos, que se acostumbran a renovar a fondo cada nueve años.
La medida afecta a los hoteles situados en la zona 1 –Ciutat Vella y parte del Eixample, Gràcia, SantsMontjuïc y Sant Martí–, donde se ubican más de 150 establecimientos. “Las reformas estructurales que nos impiden hacer son de lo más variado. Puede ser la ampliación de un hueco de la caja del ascensor o construir una puerta en una pared maestra de una habitación para comunicar un baño”, se lamenta Clos.
En el caso de que los hoteleros asuman estas obras deberán renunciar al 20% de sus plazas. Si es un hotel de 400 habitaciones perderá 80, pero si es uno de 30 se quedará sin 13 habitaciones. “Comporta un 20% menos de trabajadores, de facturación... Es inviable ¿Quién querrá asumir estas reformas a partir de ahora?”, se pregunta el empresario hotelero.
La mayoría de los recursos que se han interpuesto a través del abogado facilitado por el gremio son por esta cuestión. Con todo, Clos refiere que existe un pequeño grupo de hoteles de Ciutat Vella afectados que están situados en calles de entre seis y ocho metros de anchura. En el caso de que estos alojamientos deseen hacer obras mayores se deberá elaborar un plan especial y las plazas –no habitaciones– resultantes deberá ser inferior a 50. Ellos también perderán el 20% de las plazas.
Con todo, existen otros hoteleros que han ido por libre y no han presentado la demanda a través del abogado del gremio. En muchos de estos casos también se ha denunciado la figura urbanística utilizada para regular los alojamientos turísticos. Entienden que la ordenación debería haberse hecho a través de una Modificación de Plan General Metropolitano (MPGM), porque afecta a toda la ciudad, y no a través de un plan especial. El gremio entiende que la cifra final de contenciosos podría ser mucho mayor a los que este organismo tiene registrados.
El documento del Peuat no espe- qué tipos de obras se pueden hacer. Jordi Clos sostiene que en las numerosas reuniones mantenidas en el marco de la aprobación del plan ya advirtieron que la medida ponía en peligro la calidad de la planta hotelera. Refiere que en estas conversaciones siempre se les ha garantizado poder hacer obras para renovar los hoteles, pero siempre solo de palabra. “No entendemos el sentido y qué ganan ellos. Lo único que se me ocurre es que quieran que nos vayamos empobreciendo poco a poco y al final cerremos nuestros establecimientos”.
Los hoteleros tienen claro que la propuesta del Peuat reducirá la calidad de los hoteles y empeorará el turismo, un hecho que redundará negativamente en el dinamismo económico de la ciudad y acabará por perjudicar la llegada de ferias, congresos y otros acontecimientos con gran impacto en la ciudad. El gremio además considera que el plan de alojamientos vulnera aspectos fundamentales para el tejido empresarial de la ciudad al privar de libertad al empresario para dinamizar su negocio. También señala que el Peuat no resolverá nada porque no actúa en la raíz del problema, que son los apartamentos turísticos ilegales, donde según datos del gremio se alojan 3,5 millones de turistas que visitan la ciudad.
La teniente de alcalde de Urbanismo, Janet Sanz, se pronunció sobre esta avalancha de contenciosos a los que el Ayuntamiento deberá hacer frente en los próximos meses. Aseguró a través de su cuenta personal de Twitter que “Barcelona quiere gobernar el turismo. Queremos una ciudad para vivir y el Peuat es necesario. Hemos dejado atrás la barra libre”.
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