Orquesta muy atípica
La Orkesta Mendoza acerca los aromas de la música fronteriza de Tucson a la sala Apolo
En torno a la ciudad de Tucson se ha formado con los años una pujante escena musical local, con un ADN inconfundible dentro del inmenso mapa sonoro estadounidense. Productos y fenómenos de características locales en su génesis pero que por su calidad han acabado triunfando a escala internacional.
En el caso de la ciudad del estado de Arizona el nudo gordiano hay que buscarlo en el grupo Giant Sand, la gloriosa formación liderada desde los años ochenta por Howe Gelb, y de la que han emanado muchas cosas, sobre todo dos grupos como Xixa (que hace un mes visitaron el Apolo 2) y especialmente Calexico. En esta última formación comandada por Joey Burns y John Convertino, ejerce de teclista Sergio Mendoza, que desde hace ya unos años promueve proyectos musicales paralelos como Sergio Mendoza y La Orkesta, que ha pasado a denominarse escuetamente Orkesta Mendoza.
El combo, que está girando por escenarios europeos desde comienzos del pasado mes presentando el álbum Vamos a guarachar, propone un cóctel sonoro para amplias capas de aficionados, desde los buscadores prioritarios de la fiesta hasta los degustadores del rock fronterizo, el mambo y la cumbia psicodélica. Según sostiene el propio Joey Burns, “la Orkesta Mendoza es una de las mejores bandas que pueden verse en directo. Su música se sumerge en múltiples direcciones, ritmos y estados de ánimo. Orquestaciones de big band mezcladas con electrónica lo fi, letras en castellano y composiciones instrumentales”.