Los rectores critican que el Gobierno exija un 5,5 de nota para obtener beca
Las universidades creen insuficiente la aportación a los alumnos más necesitados
El presidente de la Conferencia de Rectores (CRUE), Segundo Píriz, ha reclamado al Ministerio de Educación, en nombre de las universidades españolas, que haya “más y mejores becas” para dar acceso a todos los jóvenes a la educación superior, un aspecto que no se recoge este año en el informe del Consejo de Universidades para el próximo curso. Y critican que se excluyan de la beca a los estudiantes con nota inferior al 5,5.
En cambio, Píriz evaluó de forma muy positiva la medida adoptada por el Gobierno de permitir la rebaja del precio de los másters y equipararlos a los grados siempre y cuando “esta reducción venga acompañada de una compensación presupuestaria a las universidades por parte de las comunidades autónomas”. Ahora queda en manos del Govern, en caso de Catalunya, la decisión de abaratar más los cursos de postgrados, una reclamación que cerca de un millar de estudiante pidieron ayer por las calles de Barcelona en una manifestación convocada para protestar por la rebaja de las tasas universitarias.
En Catalunya, los estudiantes pagan las tasas más altas del Estado financiando el 25% del coste del curso, a diferencia de otras comunidades que pagan el 15%. Sin embargo, está establecido un sistema de tarificación social por el que sólo las rentas altas pagan la totalidad. El resto de alumnos catalanes paga en función de los ingresos familiares. Aun así, los sindicatos estudiantiles consideran que las tasas excluyen a estudiantes con rentas desfavorecidas y reclaman que se rebajen un 30%, haciendo efectivo el mandato del Parlament del 2016. El Govern, sin embargo, considera que ya cumplió con el mandato pues en marzo rebajó el 30% a los estudiantes con ingresos de los tramos 1 y 2 de la tabla que corresponden a las rentas más bajas.
Los rectores recuerdan que si se produce el abaratamiento de las clases en la universidad, tanto de grados como de másters, los campus necesitarán mayor financiación pública procedente de las comunidades autónomas.
Los rectores pedían al Gobierno que recogiera para el próximo curso ciertas ventajas para los jóvenes que estudian con beca como el hecho de poder obtenerla con un simple aprobado y no con una nota de 5,5, una exigencia que se incorporó a partir del 2012. O que no se les exija la devolución de la misma si suspenden pero quieren continuar estudiando. Estas consideraciones no se han recogido en el informe del Consejo de Universidades para el próximo curso por lo que la Crue ha valorado este punto de forma negativa.
El Gobierno esgrime que defiende la “cultura del esfuerzo” y que en la ayuda a familias sin recursos pide un mínimo de rendimiento académico, según el secretario de Estado de Educación, FP y Universidades, Marcial Marín, que alega, asimismo, que la política de becas se debatirá en el marco del pacto por la educación.
Las universidades añadían otra petición más para dar respuesta a las necesidades económicas detectadas en el alumnado. Así, solicitan que se supriman la incompatibilidad de algunas subvenciones y prestaciones que reciben las familias por su situación económica con el hecho de recibir ayuda para los estudios de los hijos.
La manifestación de Barcelona estaba organizada por el Sindicat d’Estudiants dels Països Catalans (SEPC) e iba precedida por un día de huelga en los campus catalanes que fue seguida de forma desigual. En la UAB, con dos días de huelga, no hubo clases en ocho centros (básicamente los de letras) mientras que, en el resto, los estudiantes acudieron a clase con normalidad. A primera hora de la mañana, se cortaron algunos accesos al campus y se quemó un contenedor en el eje norte del campus de Bellaterra.
En el resto de las universidades la incidencia de la huelga fue nula a excepción de algunas clases de la Pompeu Fabra y de las facultades de Economía y Empresa, Educación, Farmacia y Ciencias de la Alimentación y Filología.