Asesinada en México una activista contra las desapariciones
Rodríguez se movilizó tras el secuestro de su hija y localizó a los asesinos
La protección policial que le brindó el estado de Tamaulipas fue el paso de una patrulla por su casa tres veces al día
Otro asesinato en México de una activista de la defensa de los derechos humanos. Miriam Rodríguez, una comerciante de la ciudad de San Fernando, en el estado de Tamaulipas, fue asesinada a tiros en su casa por unos pistoleros. Hacía tiempo que recibía amenazas, después de que se convirtiera en activista ante la desaparición de su hija Karen Alejandra en el 2012. Rodríguez consiguió localizar el cuerpo de su hija, además de identificar y localizar a sus secuestradores y asesinos, a los que entregó a la policía.
Los criminales, miembros de la banda de narcotraficantes conocida como el clan de los Zetas, acabaron escapando por un túnel del presidio donde estaban encerrados, el pasado 24 de marzo. A partir de ese momento, Rodríguez empezó a recibir amenazas. Pidió protección policial, pero sólo consiguió que una patrulla pasara tres veces al día por su casa.
Miriam Rodríguez, que consiguió crear un grupo de búsqueda de desaparecidos con más de 600 miembros, fue asaltada en su casa por unos pistoleros que la acribillaron. A pesar de que fue atendida con vida por los servicios médicos, falleció en la ambulancia mientras era trasladada a un hospital. Parece que la fecha del crimen no fue escogida al azar por los sicarios. Cayó muerta el 10 de mayo, día de la madre en México.
Un miembro del colectivo dedicado a la búsqueda de desaparecidos que dirigía la fallecida, Guillermo Gutiérrez, explicó que desde que su produjo la fuga de prisión de los asesinos de su hija, Rodríguez había tomado medidas de autoprotección. “Había cerrado su negocio en San Fernando para no estar localizable”, dijo Gutiérrez.
El fiscal general del estado de Tamaulipas, Irving Barrios, confirmó que la protección policial con que contaba Rodríguez tras la fuga de los Zetas que había ayudado a encarcelar se limitaba al paso de un coche patrulla tres veces al día por su casa. Explicó también que nueve personas habían sido procesadas por el secuestro y asesinato de su hija, Karen Alejandra.
La Comisión Nacional de Derechos Humanos de México condenó inmediatamente el asesinato y denunció el fracaso del Gobierno del país azteca a la hora de poner a salvo a su población y de prevenir los ataques que sufren los defensores de los derechos humanos. “México se ha convertido en un lugar muy peligroso para aquellos que tienen el valor de dedicar sus vidas a la búsqueda de personas desaparecidas”, dijo Erika Guevara Rosas, directora de Amnistía Internacional para las Américas, en respuesta al asesinato de Rodríguez.
La Unión Europea se sumó también a la repulsa por el crimen reclamando una investigación independiente. “Se deben garantizar investigaciones rigurosas e independientes sobre estos asesinatos para llevar a los autores ante la justicia”, señaló en un comunicado la responsable de la diplomacia europea, Federica Mogherini.
El estado de Tamaulipas es uno de los que más sufren la violencia del crimen organizado. El número de desaparecidos en México llegó el año pasado a 30.000 personas, la mayor parte (5.563) en Tamaulipas. Más de 100.000 personas han muerto por la violencia relacionada con el narcotráfico.