El fantasma ruso que sobrevuela elecciones
Barack Obama se fue de la Casa Blanca acusando a Rusia de interferir en las elecciones presidenciales de EE.UU. con una oleada de ciberataques. Daría para una inquietante novela de espías, si no fuera porque el fenómeno empieza a convertirse en una amenaza mundial: cada vez que hay elecciones, sobrevuela el fantasma de los malintencionados hackers rusos (lo que no se sabe es a sueldo de quién podrían actuar).
Se dijo que las noticias falsas divulgadas para favorecer a Marine Le Pen en las recientes elecciones presidenciales francesas salieron de Rusia. Y del colapso del registro de votantes británicos que se produjo días antes del referéndum del Brexit, hay quien piensa que pudo ser planificado desde el Kremlin o de la República Popular China con el objetivo de debilitar a Europa.
El temor a que Rusia quisiera interferir en el resultado de las elecciones en Holanda de marzo llevó al Gobierno a prescindir del sistema informático de contabilizar papeletas, utilizado en los últimos ocho años, y volver al recuento manual y a la comunicación telefónica. Y en febrero, Noruega aseguró que la diplomacia y el ejército fueron objeto de un intento de ciberataque atribuido a un grupo sospechoso de vínculos con las autoridades rusas.