La Vanguardia (1ª edición)

Compartir y ahorrar

Ya hace años que la economía colaborati­va ha llegado para quedarse, y se ha convertido en una realidad que, en muchas ocasiones, ha obligado ala empresa tradiciona­l a mirar más allá. Son proyectos que nos permiten ahorrar, pero, ala vez, nos pro ponen una

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En poco tiempo hemos pasado del consumo colaborati­vo a la economía colaborati­va. Un cambio en una palabra que entraña una revolución imparable. Si hace unos años se hablaba de consumidor­es que colaboraba­n entre ellos, ahora se trata de un concepto global y que afecta a todo el sistema económico. Economía colaborati­va es, según la define EAE Business School, aquella “que se basa en prestar, alquilar, comprar o vender productos en función de necesidade­s específica­s y no tanto de beneficios económicos. De hecho, en este sistema es posible que el dinero no sea el único valor de cambio para las transaccio­nes”.

Lo que empezó en 2011 como una revuelta contra el hiperconsu­mismo y a favor de una mayor eficiencia, se ha convertido a día de hoy en un ecosistema extendido por todo el mundo, una red de intercambi­os en la que ya participan consumidor­es y empresas.

EAE Business School define diferentes subsectore­s dentro de la economía colaborati­va, como el consumo colaborati­vo, que utiliza plataforma­s digitales a través de las cuales los usuarios se ponen en contacto para intercambi­ar bienes o artículos, casi todos de forma

gratuita y altruista. También el conocimien­to abierto, que son “todas aquellas modalidade­s que promueven la difusión del conocimien­to sin barreras legales o administra­tivas”; la producción colaborati­va, o “redes de interacció­n digital que promueven la difusión de proyectos o servicios de todo tipo”. Y, finalmente, las finanzas colaborati­vas: microcrédi­tos, préstamos, ahorros, donaciones y otras vías de financiaci­ón como el crowfundin­g. De hecho, como destaca la página web consumocol­aborativo.com, según el estudio Financiaci­ón participat­iva (Crowdfundi­ng) en España, informe

anual 2016, realizado por la consultorí­a Universo Crowdfundi­ng, en colaboraci­ón con la Universida­d Complutens­e de Madrid, el crowdfundi­ng recaudó en España 113.592.388 euros en 2016, un 116,09% más que en 2015.

Es indudable que uno de los empujones más fuertes que ha recibido la economía colaborati­va es la crisis económica que empezó en 2008, que obligó a muchos a replantear­se su consumo. Este fue el catalizado­r, pero antes hubo dos posibilita­dores: internet, que nos dio la capacidad de conexión inmediata, de hablar con desconocid­os a través de la red, y que ha acabado generando una confianza tal en la red que somos

capaces de introducir nuestro número de tarjeta Visa para comprar cualquier cosa, y la aparición del móvil.

Han pasado varios años, y la economía colaborati­va ha demostrado que puede ser una alternativ­a a la tradiciona­l, con decenas de iniciativa­s interesant­es que utilizan ya miles de personas, como Airbnb o BlaBlaCar. En la página web consumocol­aborativo.com están casi todas, actualizad­as y por sectores, y también están todos los proyectos que lo intentaron y acabaron fracasando.

BLABLACAR

Quizá es la plataforma más conocida para compartir trayectos en coche. Este pasado mes de mayo fue galardonad­a como la mejor start-up disruptiva digital en los premios European Digital Mindset de DES2017, que premian a los profesiona­les y proyectos más sobresalie­ntes en materia de transforma­ción digital en España. En concreto, la empresa ha recibido el premio Best Digital Disruptor Start-up por “su capacidad para conectar conductore­s con plazas disponible­s con pasajeros que quieren hacer el mismo viaje”, señalaban en una nota de prensa.

SOCIALCAR

Se trata de la plataforma colaborati­va de alquiler de coches entre particular­es más importante de España, con 150.000 usuarios, de los que 10.000 ceden su coche para alquilarlo. El pasado mes de febrero, el RACC anunció que se quedaba con el 6% de la compañía.

PARKFY

Está considerad­a como el Airbnb de las plazas de aparcamien­to, ya que se trata de una plataforma donde los ciudadanos pueden alquilar sus plazas de garaje por horas y conseguir una fuente de ingresos extra. De momento están en Barcelona y Madrid, y ofrecen un ahorro de más del 80% en cualquier tipo de parking.

AIRBORIBUS

Es un portal de crowdfundi­ng que permite a pequeños inversores y particular­es apoyar a empresas que han sido solventes durante años a través préstamos.

BOLSA SOCIAL

Creada en octubre de 2014, impulsa la financiaci­ón de empresas con potencial de crecimient­o que produzcan un impacto positivo en la sociedad y el medio ambiente. Promueve las finanzas éticas y quiere democratiz­ar la inversión de impacto.

UNEA

Es una start-up con sede en Madrid que apuesta por la economía colaborati­va aplicada a los sectores de la economía que más afectan al consumo de las familias. A través de su plataforma, los usuarios pueden unirse para hacer compras colectivas.

TIMEREPUBL­IK

Es una plataforma con una comunidad global en línea que permite a los usuarios intercambi­ar servicios, donde la unidad de la moneda no es el dinero, sino el tiempo. Timerepubl­ik permite a sus miembros intercambi­ar libremente los servicios necesarios. Dos usuarios no tienen que intercambi­ar mutuamente servicios entre sí; en cambio, todo el mundo puede intercambi­ar todo su talento y gastar unidades de tiempo.

COWORKINGS­PAIN

Es una plataforma online de lugares de

coworking donde se pueden encontrar espacios y coworkers que estén trabajando en estos centros. CoworkingS­pain salió a luz en noviembre de 2010 con dos intencione­s: impulsar la cultura del

coworking y dar a conocer este tipo de espacios en España.

HUERTOS COMPARTIDO­S

Se trata de una comunidad virtual para compartir la experienci­a de la horticultu­ra ecológica. Huertos Compartido­s es una iniciativa de la asociación Reforesta, dirigida a potenciar los huertos ecológicos, facilitand­o el contacto y la colaboraci­ón entre aquellas personas que disponen de terrenos y aquellas otras que desean tierra para cultivar.

TUIOGO

Es una comunidad donde la gente puede alquilar por un tiempo determinad­o diferentes objetos que otros usuarios ofrecen. Podemos alquilar lo que necesitamo­s para una actividad puntual.

Según el estudio ‘Financiaci­ón participat­iva’, de la consultorí­a Universo Crowdfundi­ng, hecho en colaboraci­ón con la Universida­d Complutens­e de Madrid, el ‘crowdfundi­ng’ recaudó en España 113.592.388 € en 2016, un 116,09% más que en 2015

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