Suárez vuelve a la carga
Repuesta de su lesión, Carla Suárez escala hasta octavos
La canaria Carla Suárez pelea en Roland Garros contra sus rivales y contra el dolor que sufre en el hombro derecho, que le obliga a realizar unos ejercicios de recuperación tres veces al día que, aunque no eliminan del todo la lesión, sí le permiten mantener el ritmo de juego a la espera de recuperarse.
Ayer en París, Carla Suárez (28) comió a las cuatro de la tarde.
Le importaba poco. O nada. Acababa de tumbar a Elena Vesnina. Y eso no es poco: hace tres meses, Vesnina se imponía en Indian Wells. Suárez ganó en dos sets, por un doble 6-4, y así se sacó un peso de encima. Vuelve a ser una tenista de primer orden. Luego hizo lo de siempre. Lo de siempre, desde el pasado noviembre.
Se fue a estabilizar el hombro derecho. Trabajó con una polea cónica y con la Winback, una máquina regeneradora. Lo hace tres veces al día. O eso, o no juega más.
–No se olvide de que ella mide 1,62 m y golpea de revés a una mano. Esas circunstancias generan un desgaste muy grande en el hombro: cuando juega, toda su fuerza se concentra en un solo brazo. Otras veces han sufrido la muñeca o el codo. Ahora le toca al hombro –dice Xavier Budó. Es el técnico de Suárez. Budó atendió a La Vanguardia a través del móvil, desde París. Ayer era un hombre agradecido. En estos días, las cosas le van bien al equipo. Suárez funciona. Y controla los tiempos cuando toca.
–Cuando un set llega al 4-4, ella sigue sacando golpes ganadores. Lo hizo ante Cirstea y lo ha vuelto a hacer ante Vesnina.
–Vistos los problemas para reponerse del hombro, ¿esperaban llegar así a París?
–Llevamos semanas trabajando razonablemente bien. El problema es que las mujeres apenas tienen buenos torneos en tierra. Roma y Roland Garros, y basta. En Madrid se juega en altitud. Y el Godó y Montecarlo no aparecen en el circuito WTA.
Lo del hombro viene de otoño. Suárez notó que se le desestabilizaba. En una escala del 0 al 10, le dolía en un 8. Sobre todo, al servir.
–En el drive y el revés no le dolía, pero al sacar... Se pasó cuatro meses sin poder servir. Fue frustrante. En octubre no pudo ir a Moscú, y perdió los puntos para acceder al Masters de Singapur. Era la segunda vez que se quedaba a las puertas del torneo de las maestras. Y todo eso genera muchas
FUERTES DOLORES “En una escala del 0 al 10, el hombro le dolía un 8 a Carla”, dice Xavier Budó, su entrenador
dudas. Y te deja el ánimo por los suelos.
Budó y Suárez recularon. Se encerraron en NovaElite, un centro de fisioterapia en Barcelona, y se concentraron en una cosa: estabilizar el hombro. –Y eso ¿qué es? –Reforzarlo y regenerarlo. Y es para siempre. Nunca podrá dejar de hacerlo.
La primavera de Suárez fue particular. Cuando el dolor remitía, decidió volar. Salió a Indian Wells y Miami. Fue a entrenarse, y también a rodarse.
–Hicimos la pretemporada en Estados Unidos... Con un rodaje mínimo, Suárez se plantó en París. –¿Aún le duele el hombro? –El problema sigue ahí. Pero duele en una escala del 2. –Y ahora, Halep. –Una de las dos favoritas al título, junto a Muguruza. Halep marcará la clave: si queremos aspirar a algo grande en este torneo, hay que pasarla. –¿Y en el futuro? –Los mejores años de Carla están por venir.