Nueva masacre en Kabul en el funeral del hijo de un senador
La capital afgana vive una de las peores semanas de su ya de por sí sangrienta historia, haciendo más evidente la inestabilidad política. Ayer hubo al menos siete muertos y más de un centenar de heridos por un atentado suicida durante la celebración del funeral de uno de los manifestantes que perdieron la vida la víspera en los enfrentamientos con las fuerzas de seguridad.
Tampoco era un funeral cualquiera. Se trataba de Salim Ezadyar, hijo de un senador, que fue uno de los cinco fallecidos durante la marcha masiva para protestar por la inseguridad y pedir la dimisión del presidente Ashraf Gani. La protesta surgió espontáneamente tras el atentado con un camión bomba el jueves, el más mortífero desde el 2001 en Kabul. Con los de ayer, el balance global es de un centenar de muertos y más de 500 heridos. Al funeral asistieron varios ministros que resultaron ilesos.
Gani apareció en televisión para asegurar que asume la necesidad de reformas, pero recalcó que los atacantes buscan dividir a la población y poner en riesgo el Estado de derecho.