Atún de archivo
La expresión que dice que una imagen vale más que mil palabras es un topicazo, pero, como tal, guarda su dosis de verdad. Y en periodismo es innegable que una noticia ilustrada es mucho más impactante que otra que no vaya acompañada de una foto. Pero no siempre existe o se encuentra la foto real que corresponde a la información y en esas ocasiones se echa mano de una foto recurso que haga referencia al tema, para reforzar visualmente su importancia y también para que la página contenga algún elemento gráfico. El problema es cuando la imagen elegida no casa plenamente con lo que se explica en el texto. A veces, incluso, se produce un desajuste importante que provoca consecuencias con las que no se contaba.
El jueves 11 de mayo la sección de Tendencias dio cuenta de las intoxicaciones que se habían producido en ocho comunidades autónomas y que se sospechaba que se debían a diversas partidas de atún comercializadas por la empresa almeriense Garciden. La amplia crónica del corresponsal de La Vanguardia en Andalucía, Adolfo S. Ruiz, que mereció la cabecera de una página, se ilustró con una foto a cuatro columnas en la que se veía, en impresionante primer plano, un atún rojo cortado tal como se puede ver habitualmente sobre el hielo de una pescadería. Ese fue el problema.
Nuria Ubiñana López, titular del puesto número 51 del mercado del Ninot de Barcelona, llamó al Defensor para quejarse de que se hubiera elegido para la información de las intoxicaciones una foto de un atún magnífico. Con la chispeante vitalidad y buen humor que caracteriza la actividad en los emblemáticos mercados barceloneses, Nuria Ubiñana argumentó que, en los días posteriores a la publicación de la noticia, tanto ella como el resto de propietarios y empleados de las pescaderías habían tenido que explicar una y otra vez a los clientes que el atún que mostraba la imagen de nuestro diario no tenía la menor relación con las partidas que presuntamente habían provocado la intoxicación.
“El atún de esa empresa se comercializa congelado y envasado al vacío y, de hecho, nosotros no lo tenemos –detalló la pescadera–. La presentación de ese producto no se corresponde para nada con un atún fresco como el que se veía en la foto. Al final fuimos los profesionales que trabajamos de cara al público los que tuvimos que resolver las dudas y la desconfianza de la gente”.
La redactora jefa de Tendencias, Susana Quadrado, considera que “la elección de la fotografía fue acertada. No se disponía de la imagen del atún fresco en mal estado que era objeto de la noticia, así que el diario empleó una fotografía de recurso y de archivo, algo muy habitual en estos casos. Acertada además porque en la fotografía no aparece ningún negocio, marca comercial ni nadie que pueda verse identificado y, por tanto, perjudicado. Del pie de foto puede venir la confusión: su redactado era lo bastante genérico para no generar dudas, aunque a la vista de la queja de esta lectora, está claro que era mejorable”.
La foto, ciertamente, era muy llamativa y cumplía perfectamente la función de recabar la atención sobre la noticia. Pero el pie de foto que se le puso en la redacción no ayudó a que los lectores entendieran que no se trataba del pescado sospechoso. Ese texto decía: “El primero de los cinco lotes de Garciden retirados pertenece a una partida de atún congelado y vendido descongelado”. La única referencia que inducía a pensar que el atún de la foto no podía ser el de la noticia era que junto a la firma del fotógrafo aparecía la indicación “archivo”.
La foto de un atún utilizada para ilustrar la noticia de las intoxicaciones producidas por pescado en mal estado provoca la queja de una pescadera