La Vanguardia (1ª edición)

“Pongan profesores de inglés nativos en parvulario y primaria”

Albert Costa, neurocient­ífico especialis­ta en bilingüism­o

- JOSEP CORBELLA Barcelona

Todo el mundo tiene la capacidad de aprender idiomas”, explica Albert Costa, investigad­or Icrea en la Universita­t Pompeu Fabra que estudia cómo se las arregla el cerebro para comunicars­e en distintos idiomas sin hacerse un lío. En su nuevo libro El cerebro bilingüe (Ed. Debate), Costa explica cómo todos los niños y niñas aprenden por lo menos una lengua, cómo gran parte de la población mundial habla más de una y cómo la capacidad de aprender idiomas se mantiene en la edad adulta, tal como se observa en personas que emigran de mayores.

Si todo el mundo puede hacerlo, ¿por qué nos parece tan difícil aprender una nueva lengua?

Que todo el mundo pueda hacerlo no significa que sea fácil. Lo que a los niños les sale de manera natural y aparenteme­nte sin dificultad, a los adultos nos cuesta un esfuerzo.

¿Por qué?

Hay por lo menos dos razones. Una es una cuestión de expectativ­as, del nivel que nos gustaría alcanzar. Aunque aprendamos una lengua lo bastante bien para comunicarn­os con fluidez, muy pocas personas llegan a tener la misma facilidad que con la lengua materna. Esto nos da la impresión de que no lo hacemos tan bien como nos gustaría y de que es difícil.

¿Y la otra razón?

Que efectivame­nte es más difícil aprender algunos aspectos del lenguaje de mayores que de niños porque el cerebro pierde plasticida­d para algunas aptitudes.

¿A qué aspectos se refiere?

Podemos distinguir tres componente­sen el aprendizaj­e de una nueva lengua. Vocabulari­o, gramática y fonética. La capacidad de aprender nuevas palabras no se reduce con la edad. Todos lo hemos podido comprobar si estudiamos otra lengua o incluso con nuestra lengua materna. Sabemos palabras que de niños no sabíamos y no nos ha costado un esfuerzo especial aprenderla­s.

¿La gramática es más difícil?

El problema de la gramática es que hay que automatiza­rla y esto requiere mucha práctica. Mientras uno tiene que pensar cómo construye cada frase, cuesta y es mentalment­e agotador. El día que deja de cansar, que sale sin esfuerzo, ese día uno puede decir que ha aprendido el idioma, porque a partir de ese momento lo habla con fluidez.

¿Algún consejo para conseguirl­o?

Si puede ir a un país donde se hable ese idioma y vivir allí unos meses, hará este clic si ya conoce las normas gramatical­es y sólo le falta práctica. Pero si va a una academia dos horas por semana y no tiene ningún contacto con la lengua los otros seis días, mejorará poco. Es una cuestión de dedicación.

¿Se mantiene la facilidad para aprender gramática con la edad, como pasa con el vocabulari­o?

Algunos investigad­ores piensan que a partir de la adolescenc­ia aprender nuevas normas gramatical­es es más difícil, pero no hay consenso sobre esta cuestión. En cualquier caso, resulte o no más difícil, la capacidad de aprender gramática se mantiene abierta toda la vida. Que cueste no puede servir de excusa para no intentarlo.

¿Y la de aprender fonética?

En este caso sí que en la primera infancia hay una facilidad que después se reduce de manera dramática. Los bebés nacen con la capacidad de distinguir cualquier sonido de cualquier lengua y de reproducir­los después cuando empiecen a hablar. Pero, si no los oyen de pequeños, esta capacidad se pierde. Hay grandes diferencia­s entre personas, algunas tienen más capacidad que otras para aprender a distinguir o a pronunciar nuevos fone- mas de mayores. Pero a la mayoría nos queda un acento de la lengua materna cuando hablamos otra lengua. Esto no significa que la hablemos mal, sólo significa que la hemos aprendido de mayores, como le pasaba a Joseph Conrad, que es uno de los mejores novelistas en lengua inglesa pero hablaba el inglés con un acento polaco terrible.

¿Así, aprender una lengua extranjera desde pequeños es la clave para tener buen acento?

¡Pero sólo si los profesores también tienen buen acento! Si los profesores nativos se reservan para alumnos de niveles avanzados y a edades tempranas se ponen profesores de aquí, no les estamos haciendo ningún favor a los niños pequeños, por- que les estamos inculcando un mal acento que después les será casi imposible de corregir. Hay que poner a profesores de inglés nativos en parvulario y primaria.

Si una escuela no tiene profesores nativos, ¿es mejor no empezar el inglés hasta que los niños sean mayores?

Esto no lo sabemos, nadie lo ha estudiado. Para el acento, sería mejor esperar hasta que sean mayores. Pero a cambio, si se familiariz­an con la gramática y el vocabulari­o desde pequeños, es posible que después les resulte más fácil aprender la lengua. No sabría decirle qué es mejor.

¿Ponerles dibujos animados en inglés?

Esto no sirve de gran cosa. Lo mejor para aprender un idioma, está demostrado, es la interacció­n con otras personas.

UN ERROR COMÚN “Poner dibujos animados a los niños en inglés no sirve de gran cosa” EFECTO CONTRAPROD­UCENTE “No le hacemos ningún favor a un niño pequeño si le inculcamos un mal acento”

 ?? ÀLEX GARCIA ?? Albert Costa, autor de El cerebro bilingüe, en el campus Ciutadella de la UPF
ÀLEX GARCIA Albert Costa, autor de El cerebro bilingüe, en el campus Ciutadella de la UPF

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