Las opciones del Popular se reducen a hallar un comprador o el rescate
La dirección del banco se reunirá el martes con el BCE para tratar de la liquidez
La infernal semana que ha vivido el Banco Popular en bolsa con un desplome de la cotización del 38% (quedando como el valor del Ibex de menor tamaño) es el reflejo de que la entidad no puede seguir sola. Las opciones para el sexto banco español por activos se reducen a dos grandes bloques: una salida privada que pasaría por un comprador (ya que la ampliación de capital está casi descartada) o una salida tutelada por la administración (en este caso, el Mecanismo Único de Resolución, MUR, de la Unión Europea). Aunque en las últimas horas se ha abierto una especie de tercera vía con el mecanismo pactado por Italia con la Unión Europea para rescatar al Monte dei Paschi.
Mientras se resuelve el futuro del banco, ayer trascendió que la dirección del Popular prevé reunirse con responsables del Banco Central Europeo (BCE) el próximo martes para tratar sobre la puesta en marcha de medidas para mejorar la liquidez de la entidad, según informan Reuters y Bloomberg.
Dentro del bloque de soluciones privadas, la más sencilla pero también la que tiene menos opciones a estas alturas sería la de llevar a cabo una ampliación de capital. Es casi imposible que el banco que preside Emilio Saracho pudiera encontrar inversores teniendo en cuenta que hace menos de un año llevó a cabo una ampliación de capital por valor de 2.500 millones de euros y hoy el banco vale 1.700 millones.
La opción de la compra es una posibilidad atendiendo a que cada vez el precio de la acción es más barato (ha perdido un 99% de su valor desde los máximos del año 2007), pero la dudas sobre la situación real del banco aleja a los compradores. Precisamente, la decisión de la dirección de la entidad de retrasar hasta finales de mes la subasta es una muestra de las dificultades con las que se está encontrando para hallar un novio. Aunque inicialmente los grandes bancos españoles miraron las tripas del Popular sólo Santander y Bankia parece que tienen un interés real en estudiarlo, según fuentes consultadas.
Del lado de las soluciones tuteladas por las administraciones públicas hasta el acuerdo alcanzado esta semana por el Monte dei Paschi parecía que la única opción era el bail-in (rescate interno). Ese mecanismo persigue evitar que sean los contribuyentes los que asuman la factura del rescate de un banco con problemas y opta por que sean aquellos que se benefician de la entidad (ya sean accionistas o tenedores de bonos e incluso grandes clientes con depósitos de más de 100.000 euros) los que se hagan cargo del rescate.
El MUR puede actuar cuando se dan una serie de situaciones como falta de liquidez o que sus ratios de solvencia estén por debajo de los mínimos que exige el Banco Central Europeo (BCE). Estas situaciones no se dan en el Popular porque si no el MUR ya habría actuado. En realidad, el Mecanismo Único de Resolución debe ser muy cuidadoso en el mo- mento en el que decide intervenir porque se expone a demandas de los afectados en el futuro si no están debidamente acreditadas las causas de una intervención. Y la razón es porque los inversores con el bail-in pueden perder parte de su capital e incluso la totalidad: se trata de los accionistas, los tenedores de deuda júnior y sénior y los depositantes que no se
ALTERNATIVA La solución diseñada en Italia para el Monte dei Paschi es una opción intermedia EVOLUCIÓN Las acciones del banco se desplomaron esta semana un 38% ante la falta de comprador
encuentren cubiertos por el Fondo de Garantía de Depósitos (importes superiores a los 100.000 euros). En el caso del Popular, además de los accionistas, que es evidente que perderían su inversión, también podría sucederles lo mismo a los tenedores de bonos convertibles (se han emitido 1.250 millones) y a los propietarios de deuda subordinada (casi 700 millones adicionales).
Una vez que el banco se hubiera rescatado a sí mismo a través del mecanismo previsto por la Unión Europea se podría vender de forma conjunta o por partes. Otra alternativa sería la liquidación, que obviamente sería más costosa.
Por eso, los analistas y los expertos consultados afirman que la solución adoptada por el Gobierno italiano puede ser una referencia para evitar que sea un banco español el que inaugure el Mecanismo Único de Resolución en Europa.