El Estado italiano poseerá durante 5 años el 70% del Monte dei Paschi
El Estado italiano poseerá al menos el 70% de las acciones del Monte dei Paschi di Siena (MPS), durante un máximo de cinco años, mientras dure la reestructuración del banco, y percibirá por su inversión un 8% de interés. Esa es una de las condiciones del plan de salvamento acordado con la Comisión Europea, si bien todavía faltan por determinar detalles importantes sobre las quitas que se aplicarán a los inversores, las compensaciones a aquellos que compraron bonos sin la adecuada información y el volumen del recorte de plantilla.
El rescate del banco italiano, orgulloso de ser el más antiguo del mundo –fundado en 1472–, es importante a escala europea porque sienta un precedente. Como destacó el rotativo financiero Il Sole 24 Ore, la operación con el MPS “demuestra que el bail-in (rescate interno) no se aplica automáticamente cuando estalla una crisis bancaria”. Es muy relevante, por ejemplo, que los ahorradores no pierdan ni un céntimo después de este terremoto, tampoco aquellos con depósitos superiores a los 100.000 euros (el límite garantizado, según la ley). Se ha querido evitar una solución traumática de estas características, por el peligro desestabilizador para el entero sistema financiero. Además, la recapitalización “preventiva” a cargo del Estado no es a fondo perdido. Tendrá un carácter temporal y con interés. Según el ministro de Economía, Pier Carlo Padoan, el Estado tratará de desprenderse de sus acciones lo antes posible, sin apurar el límite de los cinco años.
Pese a los buenos augurios y el visto bueno de Bruselas, hay todavía muchos detalles que deben concretarse en las próximas semanas.
El objetivo, no obstante, es dar una imagen de normalidad. Sería posible que ya a finales de este mes o a principios del próximo volvieran a cotizarse en bolsa todos los títulos del MPS, cuya compraventa quedó bloqueada el 22 de diciembre pasado después de que fracasara el plan de recapitalización privada que debía ver como protagonista al fondo soberano de Qatar.
El salvamento del MPS no será indoloro. Los 150.000 accionistas particulares pagarán un alto precio. También los tenedores institucionales de bonos subordinados. Existen complicadas cuestiones legales aún por resolver. Parte de estos bonos fueron emitidos en el estado norteamericano de Delaware y, por tanto, están sujetos a legislación de EE.UU. Sus tenedores son fondos especulativos dispuestos a dar la batalla jurídica. Luego están los pequeños inversores que compraron el producto sin que el banco les informara del riesgo como debía. No se sabe qué criterio se usará para escoger a estos afortunados a los que se devolverá el dinero.
La reestructuración implicará un cierre masivo de oficinas y una drástica reducción de plantilla. Se habló de hasta 10.000 empleados, sobre los 25.500 actuales, pero eso tendría un coste excesivo. Al final podrían ser entre 5.000 y 7.000. Los directivos también serán llamados a hacer sacrificios. El sueldo más alto será, como máximo, diez veces el de la media. En la práctica, eso supondrá que el consejero delegado, que hoy cobra 1,8 millones de euros al año, deberá conformarse con sólo 500.000.
El plan debe recibir la bendición definitiva del Banco Central Europeo (BCE), encargado de certificar la solvencia del MPS, y está pendiente de que se materialice la venta de los créditos morosos (26.000 millones de euros) al fondo Atlante, creado a instancias del Gobierno italiano para facilitar el saneamiento de la banca con problemas.
Después de este largo vía crucis, el MPS habrá sufrido una profunda metamorfosis. Podrá presumir de continuar siendo el banco más antiguo del planeta, aunque la última crisis casi pone fin a más de medio milenio de historia.