China libera al premio Nobel de la Paz Liu Xiaobo ante su cáncer terminal
El veterano disidente y escritor cumplía una condena de 11 años por pedir reformas
Liu Xiaobo, el único chino galardonado con el premio Nobel de la Paz, recuperó ayer la libertad, después de que las autoridades de Pekín autorizaran su salida de la cárcel por razones médicas, tras haberle diagnosticado un cáncer de hígado en fase terminal, según reveló su abogado. El veterano disidente cumplía una condena de once años “por incitar a la subversión del Estado”, tras ser juzgado por pedir reformas democráticas.
“A Liu le fue diagnosticado un cáncer de hígado el pasado 23 de mayo, y la solicitud de libertad condicional fue aprobada la semana pasada”, dijo su abogado y amigo de la familia, Mo Shaoping. “A partir de ahora está siendo tratado en un hospital de Shenyang. No tiene ningún proyecto. Tan sólo recibe tratamiento médico para su enfermedad y algunos de su familia ya lo han visitado”, añadió el letrado.
La noticia de su enfermedad cayó, sin embargo, como una bomba entre muchos de sus conocidos. “Estamos conmocionados y devastados al saber que nuestro querido amigo y mentor Liu Xiaobo, ganador del premio Nobel de la Paz, ha estado sufriendo de cáncer en el brutal ambiente carcelario de China”, dijeron en una declaración Wuer Kaixi y Wang Dan, sus amigos y exlíderes, junto a Liu, del movimiento estudiantil prodemocrático que ocupó la plaza de Tiannamen en 1989. Desde entonces, este antiguo profesor y escritor de 61 años se ha convertido en uno de los intelectuales y activistas más respetados de China.
Liu Xiaobo cumplía ahora una condena de once años de cárcel, que purgaba desde el día de Navidad del 2009, tras ser acusado de “subversión contra el poder del Estado”, un cargo que se aplica normalmente en China contra los disidentes y que permite criminalizar las críticas contra el gobierno del Partido Comunista.
Su delito fue haber impulsado y firmado Carta 08, un manifiesto que suscribieron mas de 350 intelectuales chinos en diciembre del 2008, en el que reclamaban reformas democráticas, pluralismo y el sufragio universal. Una iniciativa que le costó una condena de once años de cárcel.
Un año después de su ingreso en prisión, en el 2010, fue galardonado con el Nobel de la Paz, y se convirtió en el único premiado encarcelado. El reconocimiento provocó la ira de Pekín, que congeló las relaciones con Noruega
El activista impulsó y firmó un manifiesto que pedía a Pekín reformas, pluralismo y sufragio universal
hasta finales del 2016.
Su esposa, la escritora Liu Xia, también ha sufrido represalias. Desde que su esposo ganó el Nobel de la Paz se halla en arresto domiciliario, sin estar acusada de nada. No tiene acceso a internet, no puede recibir a nadie y en raras ocasiones puede hablar por teléfono con su familia.
“Pedimos a las autoridades chinas que levanten el arresto domiciliario a su esposa, para que le pueda apoyar en persona en su lucha contra la enfermedad”, urgió Nicholas Bequelin, director de Amnistía Internacional en Asia Oriental, a través de Twitter.