La batalla por Mosul se adentra en el laberinto de la ciudad vieja
El EI resiste en un área de estrechas calles que obliga a la lucha casa por casa
La llamada batalla de Mosul o la liberación de Mosul, según las diferentes ópticas con que pueda verse la cuestión, podría haber entrado en su fase final después de ocho meses de ofensivas de las fuerzas regulares iraquíes contra las posiciones del Estado Islámico, que han dominado la ciudad desde el verano del 2014. Los yihadistas han sido paulatinamente arrinconados y ahora resisten en la estrecha y laberíntica ciudad vieja. La que podría ser la ofensiva final contra los terroristas obligará a operaciones de limpieza muy costosas casa por casa con el alto riesgo de bajas de los que avanzan. Las fuerzas iraquíes ya han conseguido tener el control de muchos de los barrios del casco antiguo y la parcela que defienden los yihadistas es cada vez más pequeña.
Desde que se iniciara la ofensiva de las fuerzas militares y policiales del Gobierno de Bagdad contra los yihadistas del Estado Islámico, no se ha retrocedido. Aunque muy lentamente en muchos casos, se ha ido avanzando y los yihadistas se han empleado a fondo para defender cada palmo de terreno, retrasando tanto como han podido el avance de las fuerzas regulares. El progreso de las tropas iraquíes se ha pagado con un alto precio en bajas –muertos y heridos– tanto entre las filas de las unidades militares de operaciones especiales como entre los equipos policiales antiterroristas, que ahora mismo son los que llevan la iniciativa de la lucha en la ciudad vieja.
La dureza de los combates y lento avance de las tropas gubernamentales se ha debido en parte a la ferocidad de los resistentes del Estados Islámico que no han tenido inconveniente alguno en retrasar dichas ofensivas siguiendo métodos como la interposición de escudos humanos –población civil atrapada en el frente– y el minado sistemático y la colocación de centenares de bombas trampa; los llamados artefactos explosivos improvisados en las zonas de avance.
Los informes de inteligencia que han trascendido señalan que quedan en Mosul unos 350 miembros del Estado Islámico defendiendo la superficie del casco antiguo que todavía conservan bajo su control. Sin embargo, y de ello es consciente el alto mando iraquí director de las operaciones, queda un porcentaje de células durmientes por localizar y desarticular. Lo ocurrido este pasado fin de semana en zonas de la ciudad que se consideraban ya liberadas desde hacía tiempo es un ejemplo de esta situación. En barrios como Al Tinek y Al Yarmuk, miembros de dichas células durmientes incendiaron una veintena de casas y se enfrentaron con las unidades uniformadas en lo que se entendió como un contraataque del Estado Islámico en un nuevo intento de retrasar el avance sobre la ciudad vieja. El comandante de las fuerzas antiterroristas, Abdel Wahab al Saadi, informó que esos nuevos enfrentamientos en barrios ya pacificados se saldaron con la muerte de 23 yihadistas y la detención de otros 16.
A pesar de estos rebrotes de resistencia yihadista, la visión desde el alto mando iraquí es que las operaciones están muy bien encaminadas y que la expulsión del Estado Islámico de la tercera ciudad más grande de Irak está cerca. El teniente general Abdul Ghani al Assadi, responsable de las unidades antiterroristas de élite, declaró a Reuters tras los decisivos avances de las tropas regulares sobre la ciudad vieja que “desde la perspectiva militar, el Estado Islámico está acabado”. “Han perdido el espíritu de lucha y se debaten internamente entre rendirse o morir”, sentenció el general, cuyas tropas están recibiendo ayuda decidida por tierra y aire de la coalición internacional contra el EI encabezada por Estados Unidos.
Lejos del escenario bélico de Mosul, pero dentro del ámbito del terrorismo yihadista, ayer se supo que la organización Al Qaeda liberó a un ciudadano sueco que mantenía secuestrado desde hacía seis años. Johan Gustafsson, de 42 años de edad, fue secuestrado en Tombuctú, en Mali, en noviembre del 2011. El Ministerio de Asuntos Exteriores sueco confirmó la noticia sin precisar el lugar de la liberación y si se había pagado el rescate de cinco millones de dólares reclamados por los secuestradores.
El alto mando iraquí cree que la victoria definitiva es cuestión de días y estima que habrá muchas bajas