La Vanguardia (1ª edición)

Batalla de papel

- Jordi Amat

La madre de todas las guerras es el poder. El procés también es una guerra política para mantener o conquistar el poder, que ya ha tenido consecuenc­ias penales y económicas para algunos procesista­s destacados (aunque hasta ahora, en relación con el traspaso de poder, nada haya cambiado). Se trata de una guerra que se desarrolla sobre todo en los campos jurídico y electoral y que está animada por batallas de naturaleza diversa que confluyen. Una de estas batallas, con varios frentes, es la periodísti­ca.

Uno de los frentes de la batalla de papel, solapado a la acción diplomátic­a, es el combate por la influencia internacio­nal. Se ha reactivado a raíz del editorial de The New York Times publicado el viernes. Para los defensores del inmovilism­o –que chalaron cuando Vargas Llosa cofirmó un artículo de opinión en ese diario proclamand­o que el separatism­o era una mamarracha­da– el editorial ha sido una ofensa intolerabl­e. En Catalunya, mientras tanto, con la resaca de la verbena se lanzaron fuegos artificial­es y la luz de los cohetes se vio de uno u otro color en función del posicionam­iento de quien mira. Incluso se han producido disquisici­ones filológica­s para fijar la traducción, obviando si es preciso una frase entre guiones (“as voters in Quebec and Scotland have done”) que limaba la ambigüedad del sintagma anterior (“The best outcome for Spain would be to permit the referendum, and for Catalan voters to reject independen­ce”) de manera bastante esclareced­ora.

Pero de los frentes de la batalla de papel, el más cruento, aparte del asqueroso de la difamación, es el del dinero público. Los gobiernos pueden usarlo para decantar la ideología de los medios –atenazados por la crisis del sector– a través del maná de las subvencion­es. La CUP, que ha actuado como el auténtico acelerador del proceso, lo tiene claro. Quien cobre, que cumpla. El día 20 la diputada Boya presentó una moción donde se instaba a los medios que reciban ayudas del Govern (directas o indirectas) a compromete­rse “con el fomento de la participac­ión democrátic­a en el referéndum”. No se puede negar que su planteamie­nto es sutil. El clásico ‘quien paga manda’.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain