Las maravillas de Saúl
El jugador del Atlético mete a España en la final con un ‘hat-trick’
España buscará el viernes (20.45 h) su quinto cetro europeo en Cracovia tras barrer ayer a Italia en un partido marcado por la estelar actuación de Saúl Ñíguez, quien tras sorprender como decisivo goleador colchonero ayer hizo lo propio con la camiseta de la rojita con un determinante hat-trick. En el torneo suma ya cinco goles. El rival en la final será Alemania, que superó a Inglaterra en la tanda de penaltis tras finalizar el partido 2-2 sin goles en la prórroga.
Con el once que mejor le ha funcionado, Albert Celades tuvo claro que debía hacerse con la posesión desde el principio sin dejar de guardarse las espaldas ante una Italia que si algo ha demostrado en este Europeo es capacidad física y de sacrificio. Y ese fue precisamente el guión que siguió el duelo, donde España se hizo con el control del juego tras unos primeros minutos de artificio italianos. Con Deulofeu y Marco Asensio en las bandas y Sandro ejerciendo de punta de lanza con el apoyo de Ceballos, España abrió mucho el campo en busca de espacios y abusó de los centros en todo un primer tiempo de control sin finalización.
Del aún extremo del Milan y capitán del combinado fueron las primeras ocasiones de España. A los 10 minutos de juego, Deulofeu estuvo a punto de marcar un gol olímpico desde el banderín de córner, en el 19 puso a prueba al meta Donnarumma y en el 31 no acertó a rematar bien en una segunda jugada a dos metros del palo. No fue el único protagonista de ese inicio fulgurante, ya que Kepa tuvo que sacar dos disparos envenenados de Pellegrini y Bernardeschi en ese primer tiempo.
Aunque lo mejor estaba por llegar. España siguió cocinando el gol tras la reanudación y apenas tardó unos minutos en llegar. Tras una excelente diagonal en la frontal, Ceballos asistió a Saúl, que abrió el marcador con un disparo colocado. Italia presenciaba impotente la superioridad de su rival y Gagliardini se ganó la segunda amarilla menos de cinco minutos después.
Ala azzurra no le quedaba otra que arriesgar, y con 10 se encontró con un gol de picardía y suerte en una falta botada de corto para Bernardeschi, quien condujo por la frontal hasta encontrar hueco y poner la igualada en el 62. El balón rebotó en Vallejo, que desvió su trayectoria. Pero la alegría de los italianos no duró ni tres minutos, los que precisó de nuevo Saúl para inventarse un disparo más allá del semicírculo del área que se coló por la escuadra izquierda de Donnarumma.
Ahí se acabó el partido, aunque no el festival del centrocampista atlético, que en el 74 no desaprovechó un balón raso al área de Marco Asensio para sentenciar un partido que sólo tuvo color rojo.
El rival en la final del viernes será Alemania, que ayer superó a Inglaterra en la tanda de penaltis tras un 2-2
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