“Que resuelvan ya esto”
Antonio Serrano, técnico de Adel Mechaal, repasa el caso judicial de su pupilo
El otro fin de semana, la selección española de atletismo lograba el quinto puesto en la Copa de Europa de países, en Lille. Era un resultado magnífico. España nunca se había visto tan arriba.
Adel Mechaal (26) podía haber corrido los 1.500 m, los 3.000 o los 5.000. Podía haber ganado cualquiera de esas carreras. Las vio por televisión. Se quedó en Navacerrada, en los montes que rodean Madrid, donde lleva varias semanas concentrado.
–¿Por qué no estuvo Mechaal en Lille? –le pregunto a Antonio Serrano (50), su entrenador.
–Porque estamos pendientes de la resolución de su caso. Se supone que el Tribunal de Arbitraje Deportivo (TAS) tomará una decisión en los próximos días. Si decidiese sancionarlo, España perdería todos los puntos que Mechaal hubiese logrado en Lille. Por eso no fue.
Llevamos tiempo dándole vueltas al caso Mechaal.
El asunto viene del año pasado. La IAAF y la Agencia Española Antidopaje (Aepsad) interpretan que Mechaal se saltó tres controles antidopaje durante el 2016. Mechaal admitió haber sorteado un control, pero alegó que los agentes habían anotado mal su dirección en los otros dos episodios. Habían ido a un lugar. Mechaal estaba en otro.
El asunto desembocó en un punto muerto. La IAAF presionó a la Aepsad, que decidió suspenderle por trece meses. Mechaal recurrió ante el TAS. El tribunal deportivo optó por concederle la cautelar.
Amparado en esa cautelar, compite. La resolución definitiva se halla a la vuelta de la esquina. –¿Qué opina Mechaal? –No hablamos mucho de eso. Son momentos duros, de mucha incertidumbre. Que si le sancionan, que si no... Lo que está claro es que, si el caso estuviera resuelto a su favor, Mechaal estaría en la residencia Blume de Madrid. ¡Que resuelvan ya esto!
Mechaal disputará hoy los 1.500 m en el Trofeu Ciutat de Barcelona (21.15 h). Lo hará en el entrañable estadio Serrahima de Montjuïc.
Lo hará después de haber invertido cierto tiempo en Navacerrada, a 1.850 m de altitud. Buscando oxígeno, cierta frescura.
–No hace tanto calor como en Madrid. Y descansa mejor –dice Serrano.
La concentración de Navacerrada corre a cuenta de la Federación Española de Atletismo (RFEA). Pero el día a día en Madrid corre a cuenta de Mechaal.
En vez de vivir y comer en la Blume, tuvo que buscarse un piso en el barrio de Moncloa, a diez minutos en autobús. Mechaal convive con su hermano, Said, un júnior que acaba de registrar 3m49s85 en los 1.500 m. Mechaal ya ha marcado 3m34s70 en este año. Es la mejor marca española de la temporada.
Mechaal se fue a Madrid en septiembre, tras los Juegos de Río. Vivía en Palamós. Había pedido una excedencia al ayuntamiento de Calonge, en cuyo polideportivo trabajaba como funcionario. Buscaba su sueño: profesionalizarse como atleta.
Había conversado con Marta Pérez. Y esta le había dado un nombre: Antonio Serrano.
Serrano entrena a Pérez. Antes, también lideró las carreras de Chema Martínez, Juan Carlos de la Ossa, Alessandra Aguilar, Javi Guerra o Pablo Villalobos.
En Twitter, Mechaal dijo que quería pasar a las órdenes de Serrano. Serrano le dio el ok. –¿Qué le faltaba a Mechaal? –Algo de fuerza en el gimnasio. Y sobre todo, un orden en los entrenamientos. Que alguien le dijera qué debe hacer en el día a día. Y que estuviera tranquilo dentro de un grupo. Ahora tiene compañeros capaces de correr los 800 m en 1m50s o los 1.500 m en 3m45s. Gente que le ayuda.
En marzo, Mechaal ganaba los 3.000 m en los Europeos en sala de Belgrado.
Amparándose en la cautelar, Mechaal corre hoy en Barcelona y aspira a ir al Mundial de Londres