La Vanguardia (1ª edición)

‘Coup de théâtre’

En un final eléctrico, el británico pierde el maillot amarillo por primera vez en el Tour

- XAVIER G. LUQUE

Después de 214 kilómetros de desgaste y de un control abrumador, en sólo quinientos metros estalla el Tour y los planes del Sky saltan por los aires: en la cima de Peyragudes, Romain Bardet se impone a Chris Froome y Fabio Aru se convierte en el nuevo líder de la carrera francesa.

Hizo falta mucha paciencia, pero después de 214 kilómetros de desgaste, de control absoluto, abrumador, del potente Sky, en sólo quinientos metros estalló el Tour y los planes del equipo británico saltaron por los aires. Querían ganar con Froome y quien se impuso en la cima de Peyragudes fue Romain Bardet. Y Fabio Aru es el nuevo líder de la carrera. Por primera vez desde que se vistió de amarillo, en 2013, Chris Froome ha perdido el liderato. Sólo en el 2015, cuando lo cogió demasiado pronto (en la tercera etapa) lo cedió voluntaria­mente. Pero perderlo como ayer, nunca.

En los últimos metros, cuando Aru fue de nuevo el más valiente, cuando Bardet remató la jugada, cuando incluso Dan Martin y Urán lo superaban, se vio por primera vez en el Tour y con claridad a un Froome a la deriva. Torcía la cabeza como nunca, apenas levantaba la mirada de su rueda delantera, buscaba fuerzas de donde no había. Bardet se impuso con 2 segundos sobre el colombiano y el italiano mientras Froome llegaba séptimo a 22. Hundido en tresciento­s metros. Después de un trabajo escalonado de todo el equipo, con Mikel Nieve y Mikel Landa haciendo la parte final, a Froome le tocó salir tras Aru. Sólo faltaban unos 350 metros. El líder replicó, quiso seguir la rueda del sardo. Y este hizo un cambio de lado a lado de la carretera, de derecha a izquierda, que derrotó al gran favorito. Entonces se jugaron la victoria entre Aru, Bardet y Urán, con ventaja para el francés, otro rival duro de pelar para Froome, sin despreciar la fuerza que muestra Urán, otro candidato.

El Tour vivió ayer un final glorioso, por lo que supone de lucha, de plantar cara y de no dar por hecho que el Sky es imbatible. Un final que, sin abrir ninguna diferencia definitiva en la general (Aru sólo tiene 6 segundos sobre Froome y 25 con Bardet), lo que sí hace es romper el guión escrito, con todo lo que supone de cara a los próximos días. Crea incertidum­bres, y eso es lo mejor que le podía pasar a una carrera que parecía a punto de entrar en el camino marcado de otros años. Quizá lo acabará haciendo, pero no todavía, como mínimo.

La etapa fue un recital de los británicos de punta a punta. Todos sus elementos jugaron el papel previsto, con una excepción, Landa al final. En el inicio de la ascensión al Peyresourd­e, cuando Kwiatkowsk­i era quien marcaba el ritmo, cedió Quintana de forma inesperada. Era muy pronto, llegaban los movimiento­s decisivos y él no estaría allí. Como buen ejemplo del actual ciclismo mecanizado, el colombiano no cayó en el pánico, reguló sus fuerzas y al final todavía entró undécimo del día, a dos minutos.

Más adelante, a unos 300 metros

UN FINAL ESPECTACUL­AR Bardet se impuso en Peyragudes, donde Froome cedió 22 segundos en los últimos 300 metros

SIN RESPUESTA Quintana se descolgó muy pronto y Contador, que aguantó más, también acabó perdiendo terreno

de la cumbre, quien dijo basta fue Contador. Mucho antes, en el Balès, un ataque suyo había eliminado a Kiryienka, que era quien llevaba el ritmo de la máquina blanca. La revancha vino con Nieve, que fue quien reventó a Contador. Pero el vacío de fuerzas del jefe de filas del Trek fue más fuerte y al final entró incluso por detrás de Quintana: decimocuar­to a 2m15s.

Nieve llevó el ritmo hasta los dos últimos kilómetros, ya en Peyragudes. Entonces le tocaba a Landa, que se mostró muy fuerte. Quizá demasiado. Esto quedará para los análisis internos del equipo. Lo que sí es incuestion­able es que cuando Froome sufrió, Landa continuó a la suya y llegó por delante de su líder (4.º a 5s, 17s antes que Froome). Si eso tiene consecuenc­ias se verá muy pronto, con su valoración en la orden de relevos del equipo hoy mismo.

El Tour de Francia prosigue con una nueva etapa de montaña, la de los tres puertos en sólo 101 kilómetros. Peligrosís­ima. Ayer se confirmó que Froome no goza de la enorme superiorid­ad de sus victorias precedente­s.

Lástima que rivales de talla como Quintana o Contador no se hayan apuntado a una fiesta que se anuncia concurrida y con muchos elementos libres que querrán decir la suya. En la general se mantienen los cuatro primeros en menos de un minuto.

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PHILIPPE LOPEZ / AFP Fabio Aru en el podio, poco antes de recibir el maillot amarillo de líder del Tour
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