El proceso soberanista pasa factura al Tercer Sector Social
Oriol Illa, próximo a ERC, dimite como presidente de la plataforma
Para sustituir al presidente de la Taula del Tercer Sector Social, Oriol Illa, a priori se consideraban dos opciones: unas elecciones anticipadas propuestas por él mismo, convocadas en septiembre y a celebrar en diciembre, o a la brava mediante una moción de censura. Finalmente, la asamblea extraordinaria de esta plataforma que agrupa a más de 3.000 entidades sociales de diversa índole optó ayer por una solución salomónica y mixta: aprobó por aclamación convocar nuevas elecciones y habilitó una junta provisional.
En un comunicado, la Taula aclaró que esta junta gobernará la institución hasta que haya una nueva dirección, en octubre. “La junta directiva actual ha aceptado dimitir, en un acto de generosidad, para permitir este consenso”, asegura a la institución. La dirección provisional estará encabezada por Enric Molist (Cruz Roja) y le acompañarán representantes de Càritas Catalunya, Fundesplai, la Federació d’Entitats amb Projectes i Pisos Assistits (FEPA), la Federació Catalana d’Entitats Contra el Càncer y Salut Mental Catalunya.
Por tanto, Illa deja el cargo que había ostentado desde julio del 2015 y que tenía que finalizar el verano del próximo año. Con la decisión adoptada ayer por la asamblea de cinco horas y media de duración se pretende resolver una crisis que empezó cuando siete federaciones críticas de las trece que componen la junta y de las 35 que componen la Taula dirigieron a principios de junio al presidente una carta, tal como avanzó El País ,enla que le pedían su dimisión. Detrás de la polémica había algunos posicionamientos de Illa que los críticos consideraban demasiado próximo al Govern de Carles Puigdemont.
Estas siete federaciones –Federació Catalana del Voluntariat, Discapacitat Intel·lectual Catalunya (Dincat), Entitats Catalanes d’Acció Social (Ecas), Fundació Pere Tarrés, el Comitè Català de Representants de Persones amb Discapacitat (Cocarmi), Cooperatives d’Iniciativa Social y Moviment Associatiu de la Discapacitat Física (ECOM)– adujeron “pérdida de confianza” con Illa, a quien acusan de no ejecutar todo aquello acordado por la junta y de posicionarse públicamente al margen de los acuerdos de la dirección.
Illa respondió a la carta admitiendo que no había sido capaz “de conseguir formar un equipo cohesionado y de generar un clima de confianza”. Pero allanaba el camino para su recambio, porque propuso la celebración de la asamblea que se celebró ayer.
No obstante, Illa acudía a la asamblea con el apoyo explícito de once federaciones, con lo que quedaban diecisiete federaciones que llegaban a la reunión aparentemente con su decisión todavía por tomar. Sus defensores ven motivos más políticos, en la decisión de los impulsores de la moción de censura, y lo atribuyen a su afiliación a ERC.
La Taula del Tercer Sector se ha convertido con el tiempo en el gran coordinador de la acción social, a la vez que ejerce la representación de todas las entidades adheridas ante la administración pública. Con la crisis económica cobró una gran relevancia y su influencia la convierte en una pieza preciada. Por todo eso, y porque a Illa se le ha considerado como próximo al Govern y ha estado estrechamente vinculado a ERC –por ejemplo, fue jefe de gabinete del exvicepresidente, Josep Lluís Carod-Rovira, y número catorce en la lista municipal de los republicanos en el 2015 por Barcelona–, el presidente no ha sido considerado como la persona más “idónea” para ocupar el cargo.
En octubre habrá nuevas elecciones y hasta entonces Enric Molist, de la Cruz Roja, asume el liderazgo