Rajoy ve en los cambios de Puigdemont una purga hacia el radicalismo
El presidente eleva el tono de sus críticas y denuncia una “deriva autoritaria”
Mariano Rajoy fue ayer un poco más allá en sus críticas al proceso independentista. El presidente del Gobierno, que ve en la remodelación del Govern de la Generalitat una “purga”, lamenta que Carles Puigdemont presione ahora “a su propio partido”.
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, fue ayer más rotundo que otras veces en su análisis de las decisiones de la Generalitat. Rajoy consideró que los cambios de consellers en el Govern han consistido en una “purga” que interpretó como un giro hacia “el radicalismo”.
El Gobierno ve con obvia preocupación la evolución de los acontecimientos, pero al propio tiempo ha interpretado que la crisis que ha provocado los cambios en el Govern muestra las grietas de los equipos que han conducido hasta ahora el procés. En medios del Ejecutivo se considera que las vueltas de tuerca de las últimas fechas, en estricta aplicación de las leyes, están teniendo, en este sentido, efectos de reforzamiento de sus posiciones frente al soberanismo.
En este contexto, Rajoy dijo ayer, en un acto en Moncloa donde se presentó un plan de inversión de 5.000 millones de euros en carreteras, que los relevos realizados en el Ejecutivo de la Generalitat son una prueba de la “deriva autoritaria” de “un Govern ensimismado en sus rencillas” y que va “contra los catalanes”. Y añadió: “Hoy se purga a los dudosos, triunfando el radicalismo. ¿Qué diálogo quiere (Puigdemont) con esta forma de comportarse?”.
Rajoy utilizó la comparación entre la decisión inversora que anunciaba y la concentración de energías por parte de la Generalitat en un proyecto ilegal, para subrayar hasta qué punto “contrastan” una y otra realidad. Y al referirse de nuevo a los consellers salientes, criticó que después de “presionar a medios de comunicación, y a funcionarios, Mossos y alcaldes”, Puigdemont “ahora presione a su propio partido”. Finalmente, se preguntó “si presionan así a su propio partido, ¿qué no harán con los demás?”.
El portavoz del Gobierno, Íñigo Méndez de Vigo, lanzó similares mensajes de crítica, recriminación y advertencia en la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros. Dijo, por ejemplo, que “no pueden emplear dinero público para comprar las urnas, que lo tengan claro y no digan luego que no lo sabían, y les pedimos que no cometan actos ilegales”. Y añadió: “Nadie en Europa entiende que se vulnere la ley”. Dijo también que en la Generalitat se está pasando “de la purga al sálvese quien pueda”, y que es evidente la falta de voluntad de diálogo. Apoyándose en citas de Cicerón correspondientes a Las Catilinarias, Méndez de Vigo afirmó que el Gobierno “no va a perder la paciencia, porque tiene que velar por todos los catalanes, y sabe que hay una inmensa mayoría de catalanes que quieren ser de su pueblo, catalanes, españoles y europeos, como llevan siéndolo muchos siglos”. “Por tanto –prosiguió–, haremos acopio de paciencia, abiertos al diálogo, pero siendo firmes y claros en que no hará un referéndum ilegal porque es una vulneración del Estado de derecho”.
Méndez de Vigo hizo un juego de palabras para afirmar que el referéndum es como los productos “sin”, en su caso “sin legalidad, sin urnas, sin censo”, y en definitiva “sin garantía alguna”. Añadió que no es el momento de plantearse alternativas para el día después al 1-O. Al respecto, estimó que las iniciativas que propone el PSOE para hablar ahora de reforma de la Constitución no tienen mucho sentido, porque como Puigdemont ha dejado claro con el cambio de Govern, los soberanistas sólo abogan por la independencia, y porque no se explica nada concreto sobre cuál sería el contenido de dicha operación.
El presidente plantea que “si presionan así a su partido, ¿qué no harán con los demás?” Méndez de Vigo cree que los soberanistas no tienen interés en la reforma constitucional