Juncker reitera que un Estado catalán estaría fuera de la UE
“No es el papel de la Comisión Europea expresar posiciones sobre cuestiones que afectan a la organización territorial” de los países de la Unión pero “la separación de una parte de un Estado o la creación de un nuevo Estado” tendría consecuencias, afirma su presidente, Jean-Claude Juncker, en una carta remitida a la eurodiputada Beatriz Becerra (ex UPyD).
En la misiva, publicada ayer, Juncker cita y se alinea con la doctrina establecida en tiempos de Romano Prodi, en el año 2004, en otra respuesta parlamentaria. Los tratados europeos no prevén ningún procedimiento específico para casos en que una parte de un estado miembro pueda separarse y alcanzar la independencia pero la posición de la Comisión es que el nuevo territorio, por el propio hecho de su independencia, se convertiría en un tercer Estado en relación a la Unión, quedaría automáticamente fuera del club y debería solicitar el ingreso. “El proceso de adhesión de los Estados debe ser plenamente conforme con las reglas y procedimientos establecidos en los tratados”, recuerda Juncker. La decisión sobre el ingreso de un nuevo estado miembro requiere la unanimidad de los miembros de la UE.
Tras los últimos pasos del Govern para hacer avanzar el proyecto independentista, Becerra envió una pregunta parlamentaria al presidente de la Comisión Europea buscando su posicionamiento. La respuesta de Juncker no va tan lejos como Becerra pretendía. En su pregunta parlamentaria, la eurodiputada le pide “que haga política” y que “ejerza el liderazgo que cabe esperar de los presidentes de las principales instituciones” de la UE.
El lenguaje burocrático de la carta de Juncker choca con la intensidad del SOS lanzado por Becerra. “Lo crean o no, muchos catalanes no sólo ven la secesión como algo posible, sino que están convencidos de que la supuesta Catalunya independiente sería automáticamente miembro de pleno derecho de la UE”, afirma. “Entiendo que en los tiempos de Trump, del Brexit y de la posverdad, este asunto pueda verse como algo menor desde fuera de España. No lo es. La lógica de los secesionistas es corrosiva para la construcción europea, por mucho que algunos de ellos se pretendan europeístas”, advierte.
Becerra celebró no obstante la respuesta de Juncker. “Debería zanjar el asunto y obligar a Carles Puigdemont a reconocer públicamente que independizarse de España es salir de Europa inmediatamente. Y que, hasta para solicitar volver a la UE después de dejar España, necesitaría la aprobación del Gobierno español”, resumió.