Empresa social busca milagro
De cómo el infortunio administrativo se ceba con una iniciativa ciudadana en Santa Coloma de Gramenet que requiere financiación para sobrevivir
Empresa social busca milagro. O en su defecto un patrocinio, un crowdfunding de última hora, quizás revivir las últimas y muy bucólicas escenas de Qué bello es vivir… Porque el infortunio administrativo se está cebando con Les Terrasses de Santa Coloma. Tanto que una de las iniciativas ciudadanas más destacadas de los últimos años de Santa Coloma de Gramenet está a punto de decir adiós.
Esta es una de esas historias con un principio la mar de alentador. Es cierto que ellos también son responsables de su mala suerte, pero… Todo empezó hace cerca de siete años, removiendo toneladas de desperdicios, recuperando los restos de las perreras de los canódromos de Barcelona, limpiando 40.000 m2 de campo metropolitano… “Todo estaba hecho un asco, contaminado de uralita –explica el empresario local Xavier Altozano-. Metimos dos excavadoras, sacamos 109 tráilers de basura, nos gastamos 40.000 euros en la descontaminación…”. Y de ese modo montaron Les Terrasses, abrieron un restaurante, hicieron un huerto ecológico, un merendero para 600 personas, dos carpas para que las asociaciones de la ciudad celebraran sus saraos… “Y una escuela de hípica con 34 caballos –abunda Altozano–. Varios chavales con discapacidades venían a hacer equinoterapia. Creamos una decena de puestos de trabajo directos y otros tanto indirectos. Yo puse 120.000 euros y unas sesenta personas otros 150.000: maestros de la ciudad, gente de las asociaciones de vecinos, ecologistas, jubilados, artistas…”. La crisis económica estaba enseñando a la gente otras maneras de hacer las cosas. “La gestión –añade el empresario colomense– siempre se llevó de forma asamblearia a través de la asociación de amigos del parque, formada por unas veinte personas. La mayoría aportó dinero, pero otros aportan su trabajo. Además, somos un vivero de cooperativas colomenses. De aquí salió una de cerveza artesana, otra de servicios para el medio ambiente, los de la hípica…”.
Aquel estercolero se convirtió en una suerte de campo temático campestre para toda la familia, un escenario donde las entidades pudieran montar una fiesta que financiara su próximo proyecto, unas tablas donde un grupo de teatro semiprofesional pudiera representar sus estrenos con mucha dignidad… La realidad siempre luce mucho menos que los sueños, pero aun así Les Terrasses se convirtieron en un referente de la ciudad. A veces renqueando, a veces de un modo más desahogado, el proyecto se fue desarrollando.
“Pero hace ocho meses el Ayuntamiento nos retiró el permiso de actividad y desde entonces estamos cerrados –prosigue–. Tuvieron conocimiento de que un cable de alta tensión pasa por aquí y como además nos hacen falta un par de tuberías y un depósito para que los bomberos puedan repostar en caso de incendio… Supongo que temen que ocurra algo”.
Fuentes del Ayuntamiento explican
Problemas de seguridad ante los incendios mantienen cerradas Les Terrasses de Santa Coloma Este espacio ganado al campo de desperdicios se había convertido en un referente lúdico y formativo
que a lo largo de los últimos años Les Terrasses fueron reparando la mayor parte de las deficiencias que contenían sus proyectos, pero que, dada la gravedad de la situación, no tuvieron más remedio que ordenar el cierre. “En cuanto retiren el cable y tomen las medidas antiincendios correspondientes, en cuanto subsanen las deficencias, Les Terrasses podrán volver a abrir. El Ayuntamiento está dispuesto a colaborar con este proyecto”, aseguran las fuentes municipales.
“El problema es que el cierre nos está matando –retoma Xavier Altozano, ahora más cariacontecido–. Ahora mismo la caja está vacía.
Nos gastamos mucho en ingenieros, diseñando el proyecto antiincendios más barato posible. Llegamos a un acuerdo para poder pagar a plazos la retirada del cable. Tuvimos que pagar el finiquito de los trabajadores. Ese cable lleva ahí un montón de años y en realidad los bomberos tienen un lugar donde repostar muy cerca, pero… Nos faltan 30.000 euros. Necesitamos un socio”. O revivir las últimas escenas de Qué bello es vivir.