Donde hay que estar
Margarita Puig Otros lugares similares de sol, lujo y el Mediterráneo más cristalino van perdiendo fuelle. Le pasa un poco a Mallorca, que sigue contando con la fidelidad de la familia real (pero ya no es, ni mucho menos, lo de antes) aunque afronta la dura rivalidad de sus islas hermanas e ilustres renuncias, como las de Boris Becker (al extenista le reclaman unos seis millones de euros por la rehipoteca que hizo sobre una propiedad) o Michael Douglas, que no consigue deshacerse ni a la de tres de su mansión de once dormitorios, 10 baños y 100 hectáreas de terreno de S’Estaca. Hasta el punto de que salió a la venta en 2014 por 50 millones de euros, se rebajó hasta los 40 a finales del pasado verano y ahora se destaca en el portfolio de una lujosa inmobiliaria por 36,5 millones de euros. Lo dicho. No hay manera.
Pero Sant Feliu de Guíxols vive un momento dorado. Puede que el más dulce de todos los tiempos. Es este el lugar donde se aloja el Espai Carmen Thyssen para aunar la voluntad del ayuntamiento de la localidad y de Carmen Thyssen-Bornemisza de disponer de un ámbito capaz de exhibir la colección personal de la baronesa. Y también está aquí el escenario (o mejor los escenarios, que esto es muy grande) de Porta Ferrada, que es con diferencia y 55 ediciones a sus espaldas, el decano de los festivales catalanes. El más Woodstock de la Costa Brava. Aquí hay poco postureo. No hace falta hacer equilibrio sobre los tacones, las americanas sobran y hasta valen los bermudas y las zapatillas deportivas, porque lo que importa es la música y disfrutar la música sin tensiones.
Además de esta apuesta por la cultura y el entretenimiento que
Es, con 55 años a sus espaldas, el festival decano de los musicales que se celebran en Catalunya
El dúo brasileño permitió olvidar (o se supone) a Millo el giro político acontecido sólo unas horas antes
orquesta The Project, con Tito Ramoneda e Iñaki Martí a la cabeza (y Albert Mallol), también hacen brillar la buena estrella de Sant Feliu la gastronomía de Els Tinars (el restaurante galardonado por la Guía Michelín pone su catering, el Gascons, al servicio del village de lujo relajado de Porta Ferrada), y el mítico hotel Hipócrates... El de las aguas termales por las que han pasado todo tipo de famosos. Arte, lujo. Cultura y gastronomía. Espectáculo y gente. La (re)inauguración de hace exactamente una semana de otro hotel mítico, el Alàbriga, también frente a la playa de Sant Pol, ya fue una advertencia del repunte que vive la zona. Estuvieron ahí Ana de Armas (la protagonista de la secuela de Blade Runner); Xavi Hernández; la diseñadora Elena Estaun (mejor colección en la última 080) y... claro, y sobre todo, Carmen Cervera. Tita, que se ha erigido en la reina indiscutible del lugar (su primer marido, Lex Barker, le legó una casa aquí), es también una asidua a Porta Ferrada, aunque el festival se estrenó ayer sin ella. Imposible: hoy está de inauguración con sus Van Gogh en su espacio de arte.
Quienes sí aplaudieron a Toquinho y Maria Creuza en una noche preñada de complicidades (A
felicidade y Garota de Ipanema sonaron a magia) fueron Damià Martín, de Juvé & Camps, y Enric Crous, de Damm. Y Michel Camilo y Tomatito, que actúan hoy. Y hasta un entregado Enric Millo, que por unas horas pudo (o se supone) olvidar a Puigdemont y el inesperado giro que el Govern había dado tan sólo unas horas antes.