El día de Contador y Landa
Un ataque coordinado de los dos españoles enardece la segunda etapa pirenaica
Una vez más una etapa corta con puertos complicados demostró que se adapta perfectamente a las exigencias modernas del deporte, que vive del éxito televisivo: tensión constante, espectáculo y resultados, conclusiones, movimiento, que es lo que se pide especialmente al ciclismo. La victoria en Foix fue para el francés Warren Barguil. Se repuso del desencanto de Chambéry y ofreció el triunfo que siempre buscan los franceses por el 14 de Julio. También es cierto que fue muy rácano en los relevos.
No hubo ninguna diferencia entre los cuatro mejores del Tour, con Fabio Aru que conserva el maillot amarillo y Chris Froome a sólo 6 segundos. Bardet continúa tercero a 25 y Urán es cuarto a 35, una vez recuperados los 20 segundos de sanción que le aplicaron en Peyragudes (por avituallamiento irregular que los jueces han acabado perdonando). Esto quiere decir que el Tour mantiene cuatro corredores en poquito más de medio minuto. Esto quiere decir, en definitiva, que todo está por hacer y todo es posible todavía.
El segundo día de Pirineos permitió que Contador y Quintana resucitaran. El madrileño del Trek exhibió una vez más su atrevimiento y atacó poco antes de coronar Latrape, el primer puerto del tridente de ayer. Con él salió Mikel Landa, y los dos fueron los grandes protagonistas del día. Contador, tercero en Foix, ha entrado entre los diez primeros del Tour y ha reducido su pérdida sensiblemente. Aun así, todavía está muy lejos de los primeros: a más de cinco minutos de Aru.
Landa, en cambio, hizo ayer una operación estratégica excelente. En la general ya era el mejor español (séptimo a 2m55s en la salida de Saint Girons) pero ahora se ha metido entre los cinco primeros y, lo que es todavía más importante para la carrera (y para el Sky): a sólo 69 segundos del primero y a 44 del podio. Una carta táctica de primer orden para los británicos, que sabrán jugarla con frialdad cuando llegue el momento. El ciclista alavés, que ya había mostrado un momento de forma impecable en Peyragudes, es ahora mismo un comodín de lujo para el Sky y quién sabe si, llegado el caso, puede ser también un relevo por si Froome flaqueara.
Y todavía queda un tercer protagonista destacado del día de ayer, Nairo Quintana. Como espoleado por las críticas que su padre envió desde Colombia a los responsables del Movistar (“lo quemaron llevándolo al Giro”, declaró), el jefe de filas del equipo navarro dio la cara, por fin, a su nivel. Con Contador y Landa por delante, Quintana se incrustó en un segundo grupo (con Kwiatkowski, Vuillermoz –los dos descolgados después– y Barguil) para ir a la caza de los dos fugados. Sudaron tinta, pero finalmente él y el francés cogieron a los dos españoles y quedó formado el cuarteto de cabeza que se jugó la victoria en Foix. Barguil, el más astuto y el más rápido, se impuso con claridad, pero Quintana, segundo en la meta, ha recortado distancias y de perder cuatro minutos con Aru ha pasado a situarse a poco más de dos, una posición que le permite soñar con una remontada que sería histórica en próximas dificultades montañosas.
Respecto a los cuatro primeros de la general, la etapa fue una guerra de nervios. No hay ahora mismo un mando claro en este Tour. El Astaná de Aru no tiene elementos para
El alavés del Sky es quinto y un comodín de lujo para Froome; el madrileño del Trek, entre los diez primeros
Barguil vence en Foix, donde Quintana también ataca y se coloca a sólo 2m7s del líder, Fabio Aru
ejercerlo (ayer finalmente se retiró Fuglsang). El Ag2R de Bardet sí parece contar con piezas variadas, pero no está dispuesto a hacer de líder sin serlo. Y el Sky de Froome jugó al ratón y el gato todo el día. Tenía a Landa por delante, Kwiatkowski en un segundo batallón y no necesitaba arriesgar en absoluto. Hubo intentos del keniano, del francés y también de Urán, pero siempre con poca convicción, más por “a ver qué pasa”. Aru se limitó a ir a rueda y salir tras Froome cada vez que vio peligro. Eso sí, con mucha facilidad siempre.
El paso por los Pirineos ha sublevado este Tour que, con las retiradas de gente como Valverde o Porte, parecía visto para sentencia. Y cada día que pasa se complica un poco más. Fantástico panorama.