La Vanguardia (1ª edición)

“Si me ocurre algo triste, disfruto de la tristeza”

Nací en Yokohama y vivo en Tokio. Estoy casado, tengo dos hijas y tres nietos. Soy autodidact­a, no fui a la universida­d. Llevo 50 años diseñando moda y 25 como productor de espectácul­os. Me preocupa la política agresiva de Corea del Norte. No creo en Dios

- IMA SANCHÍS

Qué recuerdo atesora de su infancia?

¿Cuánto se tarda de Barcelona a Cádiz en tren?

Unas 14 horas.

Pues yo me crucé Japón para llegar a un destino terrible.

¿…?

Mis padres se separaron cuando yo tenía diez años, y mi madre nos envió a vivir con él. Con mis hermanos de 7 y 3 años cruzamos solos Japón en tren. Mi padre debía venir a buscarnos a la estación, pero no se presentó.

¿Y qué fue de ustedes?

Nos llevaron a un orfanato. Tras la Segunda Guerra Mundial, Japón estaba devastado, no teníamos nada que comer, a media noche salíamos a robar boniatos que devorábamo­s crudos.

¿Volvió a ver a su padre?

Apareció al cabo de bastantes años, pero es una historia muy triste y recordarlo me hace sentir muy mal, no me haga esto.

De acuerdo.

¡Ocurrió hace más de medio siglo!

¿Aquella posguerra gris le lanzó al color?

Posiblemen­te, porque no me gustan los colores oscuros. Mi padre era sastre y un hombre muy moderno. De niño nos transforma­ba ropa vieja en nueva, y llevo sus genes, pero eso no quiere decir que lo respete. Mi infancia fue muy dura y no me gusta mi padre. Nos abandonó.

¿Qué otros recuerdos atesora?

No suelo mirar atrás, ¡tengo tanto por hacer! A mí me atrae el futuro. Tengo una carrera reconocida como diseñador, pero quiero ser reconocido como productor de espectácul­os, así que no tengo tiempo para nostalgias.

Entiendo.

En Japón no se respeta el individual­ismo, se insiste en lo colectivo, por eso quiero que mi próximo espectácul­o sea en Londres. La energía de un solo individuo es mucho mayor de lo que imaginamos, yo quiero sumar esas energías individual­es.

Y usted, ¿de dónde saca su energía?

Es mi carácter. Me emociona ver crear a las personas y juntarlas, verlas felices. Eso me da una fuerza enorme, me alimenta. Hay que tener curiosidad, nunca creer que lo sabes todo, siempre investigar.

Triunfó en Londres.

En Japón tenía muchos impediment­os para hacer lo que yo quería. Me fui a Londres y me pareció una ciudad abierta y cómoda.

En Nueva York conoció a David Bowie.

Yo no sabía quién era él, pero él sabía quién

era yo. Iba con un vestido diseñado por mí.

Un vestido de mujer.

Me impactó, me pregunté dónde había escondido el pene, porque aquel mono no tenía cremallera en la bragueta. Para mí fue un shock. Luego pensé: “Bueno… si a él le gusta, está todo bien”, y ya no pensé más en “esta es ropa de hombre y esta es de mujer”; y fíjese, ahora esa frontera cada vez se desdibuja más.

¿Qué es lo que más le gustaba de Bowie?

Era mi espejo, no se ponía límites a sí mismo, y eso es algo que me encanta. Fuimos amigos.

¿Cómo vestirán en el futuro?

Nunca lo he pensado, pero quiero imaginar a mis nietos libres.

¿Adónde va, señor Kansai?

A ver esas gaviotas, fíjese, fíjese...

...

Dentro de diez años no sé si estaré vivo... Por eso ahora que ya no cuido de mis nietos, que me llaman papá, vuelvo a mi carrera, a mi futuro. Y si tuviera que decirles algo, sería que yo he vivido mi vida tal como he querido y que quiero que ellos hagan lo mismo. Ja, ja, ja.

¿Qué ha sido lo más importante?

La confianza.

¿En qué, en quién…?

En mí mismo. Si lo digo, lo hago. Y si alguien espera algo de mí, se lo doy. La confianza es mejor que el dinero... ¿Lo hago bien?, ¿contesto a sus preguntas?

Ya sabe usted que no es fácil entrevista­rle.

Je, je. Quiero decirle algo que últimament­e me viene mucho a la cabeza, pero debo encontrar las palabras... Qué es la vida, me pregunta.

Bueno.

En la vida ocurren muchas cosas, cosas tristes, duras, alegres… pero está todo bien, yo no me aburro, si me ocurre algo triste, me pongo triste y disfruto de la tristeza.

¿Qué ha sido lo más difícil?

No sabría decirle, porque simplement­e pienso lo interesant­e que es todo, lo divertido que es; no reflexiono filosófica­mente.

¿Qué piensa del amor?

¡Oh, qué difícil! Si hablamos de parejas, la posibilida­d de la separación, del desamor, es alta; pero el amor hacia tu perro suele ser un compromiso auténtico: uno se dice “estoy contento de cuidar a mi perro hasta que se muera”, y cuando ya no está y miramos su foto recordamos su tacto, la sensación al acariciarl­e.

¿Usted tiene perro?

Murió, pero mi nieta está criando a un cachorro que cuando cumpla un año acompañará a un ciego. A mí me encanta ir a visitarlo.

¿Cómo se definiría usted a sí mismo?

Único, un hombre sin antecedent­es.

Cierto, ha creado usted un estilo muy propio, ¿de dónde ha salido?

De todas las experienci­as de mi vida. Somos 7.000 millones de personas, pero no voy a poder conocerlas a todas, y cada una de ellas es una oportunida­d. Soy todas las personas que he conocido… unas pocas entre 7.000 millones.

 ?? ALEJANDRO GARCÍA / EFE ??
ALEJANDRO GARCÍA / EFE

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain