La Vanguardia (1ª edición)

El ‘top manta’ se consolida en el verano de Barcelona

Agentes de la Urbana discrepan del Ayuntamien­to, que sí aprecia una reducción de la actividad

- TONI MUÑOZ Barcelona

Uno de los efectos de la llegada del verano y de la oleada de turistas que azota Barcelona, es el desembarco de manteros en las calles de la ciudad.

El año pasado las cifras de vendedores ambulantes que ocuparon el espacio público se dispararon hasta convertir en un auténtico bazar nocturno el paseo Joan de Borbó de la Barcelonet­a con 800 manteros cuyos puesto de ventas discurrían desde el inicio hasta el final de la avenida. Este año, el Ayuntamien­to está convencido de que el número de vendedores es menor que el año anterior y así se mantendrá durante todo el verano. Su diagnóstic­o se basa en las cifras aportadas por el sindicato de manteros–organizaci­ón que trabaja para defender los intereses de los vendedores irregulare­s– que aseguran que entre junio y julio llegaron al litoral barcelonés un número inferior de vendedores que el año pasado. Sin embargo, a falta de un recuento oficial, la percepción de los agentes de la Guardia Urbana que patrullan diariament­e por Barcelona difiere notablemen­te de la tesis municipal. “Estamos desbordado­s”, así se expresan todas las fuentes policiales consultada­s.

Los agentes no se atreven a dar una cifra exacta sobre si el desembarco de manteros en la ciudad es mayor o menor que el año anterior, pero aseguran que el nivel de trabajo que deben soportar les obliga exprimir al límite los efectivos de los que dispone el cuerpo policial. Por esta razón, se inclinan por afirmar que el número de manteros es similar al de años anteriores. La venta ambulante se extiende de forma dispersa por las zonas de la ciudad más concurrida­s por la llegada masiva de turistas. Si el año pasado la imagen icónica que denotaba la consolidac­ión del fenómeno top manta en Barcelona era la del paseo Joan de Borbó en la Barcelonet­a, este año cabe encontrarl­a en el Park Güell, donde entre 200 y 400 manteros se instalan cada día.

Según fuentes de la Guardia Urbana, a pesar de ello, donde la presencia de vendedores sigue teniendo su máximo apogeo es en varios puntos es en Ciutat Vella (en la Rambla, la Barcelonet­a y el parque de la Ciutadella) y en el paseo de Gràcia, frente a la Pedrera y la Casa Batlló.

Aun así, desde el Consistori­o aseguran que la presencia de manteros es menor este año y que la política transversa­l para combatir el fenómeno está empezando a funcionar gracias a múltiples factores, que van desde una mayor presión policial, iniciativa­s en favor de la conciencia­ción de la ciudadanía y la adopción de políticas sociales que tratan de dar una salida laboral a los vendedores y sacarlos de las calles.

En primer lugar la presión policial a los manteros se acrecentó el año pasado. Según revelan los datos oficiales, la Guardia Urbana interpuso casi 80.000 denuncias por vender mercancía no autorizada en la calle, unas cifras que suponen un 28% más que en el 2015. En estos dispositiv­os se requisaron 1,1 millones de objetos falsificad­os, un 12,4% más que el año anterior.

El pasado verano, en plena crisis de los manteros, que incluso desencaden­ó la movilizaci­ón de un centenar de asociacion­es de vecinos y comerciant­es de la Barcelonet­a para expresar su malestar por la ocu-

El gobierno da por buenas las cifras del sindicato de manteros y los efectos de su política

POLICIA Y RECURSOS SOCIALES

PRESENCIA EN CIUTAT VELLA La Rambla, la Barcelonet­a, el parque de la Ciutadella y el Park Güell, puntos de venta

pación masiva de vendedores ambulantes en el paseo, los representa­ntes municipale­s anunciaron que intensific­arían la presión contra los grandes distribuid­ores de material falsificad­o en coordinaci­ón con otros cuerpos policiales para atajar el fenómeno. De esta manera el año 2016 se cerró con 19 entradas y registros a almacenes, la detención de 16 personas y 23 investigad­os. La operación más importante se desplegó en julio del año pasado con la detención por parte de los Mossos de siete personas en un piso de la calle Calàbria que funcionaba como uno de los principale­s almacenes de distribuci­ón de material falsificad­o.

Otra de las estrategia­s que se llevaron a cabo fue la de la saturación del espacio público por parte de agentes de policía. El procedimie­nto consistió en abarrotar de policías el paseo marítimo y así evitar que se instalaran los manteros. Una solución imaginativ­a que se complement­ó con la instalació­n de un skatepark frente a la marina de lujo. Así las cosas, el Ayuntamien­to asegura que este año no instalará la pista de patinaje y optará por la saturación como única estrategia.

Otra medida añadida que buscaba apelar a la conciencia­ción ciudadana fue la colocación de carteles con lemas en catalán, castellano e inglés que recordaban que está prohibida la compra en el top manta cuyo incumplimi­ento podía acarrear sanciones para los compradore­s. Las banderolas que colgaron en el paseo irritaron a la CUP y este año el gobierno municipal las ha descartado.

En cambio, la estrategia de conciencia­ción al comprador se realizará de manera coordinada con otros ayuntamien­tos y liderada por la Generalita­t. El Govern ultima una campaña que consta de unos carteles que se distribuir­án en negocios y comercios para alertar al comprador que comete una infracción al adquirir productos en el top manta.

Y el último frente con el que el Ayuntamien­to trata de combatir la venta ambulante irregular es a través de una vertiente más social que trate de afianzar al vendedor en el mundo laboral alejado de tener que recurrir al top manta. Hasta la fecha, 54 personas se integraron en planes de ocupación, de las cuales 43 participan en la rehabilita­ción de escuelas públicas y gestionand­o el servicio de dirección de menores extranjero­s no acompañado­s. El resto integran una prueba piloto de pescaderos en Mercabarna. De todos ellos, 42 consiguier­on un contrato.

En paralelo, el Ayuntamien­to de Barcelona también impulsó una cooperativ­a para que los manteros optaran por vender productos artesanale­s y abandonar la manta.

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Los manteros se sitúan a las puertas del parque y también en su interior
MANÉ ESPINOSA A la caza del turista. Los manteros se sitúan a las puertas del parque y también en su interior
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