El valor de la duda

TOLKIEN escribe en Las dos torres: “En la duda, un hombre ha de confiar en su propio juicio”. Los cambios en el Govern han sido de hombres y mujeres que dudaban, aunque ninguno de ellos podrá decir que habían sido engañados. Conocían la hoja de ruta, las etapas del itinerario y los costes que podrían representar. Y no sólo eso, en la hemeroteca podríamos encontrar frases rotundas pronunciadas por algunos de ellos, sin que les temblara el pulso o la voz. Al final, “el propio juicio” del que hablaba el personaje de Tolkien se ha impuesto, así que nos podrá parecer bien o mal que una ristra de consellers hayan dado un paso atrás (basta ya del eufemismo “del paso al lado”), pero han hecho lo que el corazón (o la prudencia) les dictaba.

En pocos días, hemos visto cómo la mayoría de las caras del PDECat en el Govern han tenido que ser cambiadas por otras. Este partido ha perdido la conselleria de Ensenyament, que pasa a manos de Clara Ponsatí, una activista independiente en la órbita de la ANC, que estaría más cerca de ERC. El partido que lidera Oriol Junqueras ha salido indemne de la crisis, aunque hubo intentos de relevar a uno de los consellers republicanos para que no pareciera que era un problema exclusivo del PDECat. Pero el vicepresidente no estuvo por la labor. Como tampoco la noche del jueves asistió a la reunión de Carles Puigdemont y su equipo donde se cocieron los cambios.

De todo lo sucedido en las últimas horas, se puede deducir que en el PDECat mandan demasiados, que en ERC sobre todo manda uno, que la salida de los consellers exonvergentes desmoviliza a los moderados y que el Gobierno central valora como un acto de debilidad lo sucedido. Por cierto, fue Borges quien escribió que la duda es uno de los nombres de la inteligencia. Preocupémonos pues de los que nunca dudan de nada.