Renta garantizada de ciudadanía
El concepto de hecho histórico se ha devaluado porque últimamente vivimos muchos, pero es cierto que cuando podamos verlo en perspectiva, seguramente, muchos quedarán reflejados en los libros o en las bases de datos. Este es un tiempo, también, de aceleración social y política; cuando menos en Catalunya. Este miércoles ha sido uno de estos días a pesar de que, como la materia en cuestión, en la clasificación al uso, es social y no política –otro día hablaremos de la intencionalidad perversa de esta distinción–, no ha tenido la resonancia que se merece. En el Parlamento de Catalunya se ha aprobado la ley de la renta garantizada de ciudadanía con el voto a favor de todos los grupos políticos.
Esta unanimidad ha costado –de hecho, empieza la historia el año 2014 con una iniciativa legislativa popular que recogió 121.191 firmas– pero lo más importante es que de ahora en adelante en Catalunya será difícil retroceder en esta ganancia social.
De hecho, después de tantos recortes cualquier hecho que indique que se invierte el signo del gasto ya es una gran noticia; pero lo es más todavía si pensamos que además augura o pretende un cambio de modelo en las políticas públicas de pobreza. Necesario hacía mucho tiempo, incluso antes de la crisis y la austeridad impuesta.
La renta garantizada de ciudadanía se anuncia como una prestación económica para personas y unidades familiares que no dispongan de los ingresos que garanticen el mínimo para una vida digna, con el objetivo de velar por su inclusión social y laboral. Sin duda hay flecos que habrá que mejorar, pero lo que es importante es que se haga efectiva, que se convierta en una realidad. Se cuentan por miles las personas y las familias que están en situación de gran precariedad económica. Y ya que la crisis ha reforzado este patrimonio negativo de nuestra estructura social, también es necesario que nos aporte nuevos tipos de soluciones y nuevas vías para crear oportunidades de vida autónomas y sostenibles.
Me quedo con una frase de la consellera Dolors Bassa, que acostumbra a decir que encabeza el Departamento de Treball, Afers Socials i Famílies para mejorar la vida de la gente. Podrían ser sólo palabras bonitas, pero la aprobación de la renta y su puesta en funcionamiento a corto plazo, el próximo 15 de septiembre, las hace ciertas.