Una locura genial
Conchita Martínez intuyó la victoria de su discípula
Cuando Garbiñe Muguruza cayó derrotada en la final de Wimbledon del 2015, la campeona Serena Williams le dijo: “Sé que un día volverás y ganarás”. La predicción no le falló a la tenista más grande de todos los tiempos y dos años después, ante la hermana mayor del mito, Muguruza cumplió con su destino. No sólo Serena lo tenía claro. Conchita Martínez, su entrenadora estas dos semanas de ensueño y hasta ayer la única española capaz de conquistar la catedral del tenis, también lo sintió así.
Las señales estaban por todos lados. Cuando ella venció a Martina Navratilova en 1994, la estadounidense de origen checo tenía 37 años, los mismos que Venus. La favorita sentimental fue entonces la veterana, como lo fue ayer Williams. Pero tanto Conchita como Garbiñe conquistaron golpe a golpe los corazones del público más sibarita de la raqueta. No sólo eso: el mismo año que Martínez negó la corona de Wimbledon a Navratilova, la había superado semanas antes en Roma. ¿Y qué había hecho su pupila en este 2017? Vencer a Venus en el Foro Itálico antes de impedirle la sexta bandeja Venus Rosewater.
“Creo en estas cosas. Realmente creo en ello. Creo que esta locura estaba escrita”, explicaba en inglés la entrenadora. “Cuando vi que también la había ganado en Roma pensé: “‘Vamos a por ello”. Y no falló.
“He oído mucho que Wimbledon es la catedral del tenis”, explicó Garbiñe, que sube al quinto puesto del ranking. “En cierta parte, tiene mucho de especial. Hoy cuando he salido a la pista, además al estar cerrada, he notado ese eco de gente con los aplausos. Sólo el simple hecho de salir y ver que estaba llena, cerrada y que tenía una buena rival… Me ha gustado tener esa sensación. He pensado ‘qué bien que estoy aquí, que tengo la oportunidad de hacer historia’. Luego al ganar… Ha sido un día muy especial para mí”, explicó la campeona tras el partido.
En un gesto de elegancia monárquica, Venus, por muchos años la reina de Wimbledon, sólo tuvo palabras de elogio hacia su rival. “Ha sido muy competitiva en los momentos decisivos y hay que darle crédito por aguantar en esas dos bolas de set en contra”, apuntó la campeona de siete Grand Slam.
A diferencia de su título en París, Muguruza tiene muy claro el próximo paso: “Lo que voy a hacer es disfrutar porque cuando gané Roland Garros se me pasó así [chasquido con los dedos]. Me dije: ‘No puede ser que esté aquí otra vez’. Y no disfruté lo suficiente. Ahora quiero ser consciente realmente de lo que he conseguido y disfrutarlo”. De hecho, ya prepara el baile de campeones, donde espera bailar con... “Federer. Me gustaría ver si es igual de elegante bailando”, dijo, sonrojada. La nueva reina de Wimbledon ha enamorado a toda Inglaterra.