La importancia de invertir
Sin inversión no hay buenos resultados o los que se producen suelen ser aislados. Así se entendió con vistas a Barcelona’92. Por eso en 1987 se puso en marcha el plan ADO para obtener fondos para los deportistas, al objeto de que pudieran sufragar sus gastos y profesionalizarse al máximo. El plan ha continuado, con altibajos, a lo largo de estos 25 años, pero su puesta en escena dio buenos resultados en los Juegos barceloneses. “El plan ADO ya es un éxito antes de conocer los resultados que obtengan los deportistas españoles. Ahora sólo falta un apéndice, que los propios resultados acompañen y sean parecidos a la brillantez del propio plan”, declaró el secretario de Estado para el deporte de la época, Javier Gómez Navarro, según recogía en las páginas de este diario Eduardo Palacios. El plan ADO generó en ese momento 12.597 millones de pesetas (75,7 de euros) gracias a la inversión de 21 patrocinadores, expuestos aquí según su volumen de aportación: Coca-Cola, Tabacalera, leche Pascual, Banco Central Hispanoamericano, Banco Exterior, Seat, Bimbo, Banesto, La Estrella, Renfe, Unesa, Nestlé, Cuétara, Once, Banco Bilbao Vizcaya, Pikolín, Nutrexpa, Iberia, Kelme, Uralita y Santa Lucía. Todavia no se habían disputado los Juegos de Barcelona y ya se pensaba en el futuro, en lo que sucedería cuatro años después, en la cita de Atlanta’96. “El modelo no ha de ser necesariamente el mismo porque tampoco la cita es idéntica. Ya hay que pensar en encontrar, entre todas las instituciones implicadas en el plan ADO, un modelo para los Juegos del 96. Las instituciones implicadas en el deportes saben lo importante y beneficioso que ha resultado unir la financiación pública y la privada”, concluía Gómez Navarro.