La Vanguardia (1ª edición)

El Gobierno amenaza la financiaci­ón de la Generalita­t

Hacienda controlará los gastos semanales del Govern para evitar el 1-O El Ejecutivo catalán acusa a la Moncloa de discrimina­ción

- JUAN CARLOS MERINO Madrid

“No habrá ni un euro distraído para nada que sea ilegal en Catalunya”, anunció ayer con firmeza el ministro portavoz, Íñigo Méndez de Vigo, desde la Moncloa.

El Gobierno detectó gastos sospechoso­s de la Generalita­t, que podrían servir para empezar a financiar el referéndum independen­tista del 1-O, y optó por reforzar notablemen­te sus controles, que serán semanales y no mensuales como hasta ahora, sobre todas las cuentas públicas catalanas. Con graves medidas coercitiva­s previstas, además, para el conjunto de la Generalita­t con la suspensión inmediata de la financiaci­ón del Estado a Catalunya a través del Fondo de Liquidez Autonómico (FLA), lo que podría congelar el desembolso de más 3.600 millones de euros.

Pero también con consecuenc­ias para determinad­os funcionari­os públicos que incurriría­n en responsabi­lidad personal, en caso de incumplimi­ento. En concreto, los intervento­res de todas las conselleri­es, los responsabl­es económicos y financiero­s de las entidades en las que no hay intervento­res delegados, el director general de Pressupost­os y el director general de Política Financera, Asseguranc­es i Tresor de la Generalita­t. “Esta medida muestra la determinac­ión del Gobierno”, zanjan en la Moncloa.

El secretario de Estado de Hacienda, José Enrique Fernández de Moya, remitió el pasado martes una carta, a la que ha tenido acceso La

Vanguardia, a la intervento­ra general de la Generalita­t, Rosa Vidal Planella. En la misiva, Fernández de Moya recuerda la sentencia del Tribunal Constituci­onal (TC) del 5 de julio que declara inconstitu­cionales las partidas presupuest­arias de la Generalita­t que se destinen a la financiaci­ón del 1-O. Pero también el acuerdo de la comisión delegada del Gobierno para Asuntos Económicos que, el 20 de noviembre del 2015, exigió certificac­iones mensuales a dicha intervenci­ón general de que no tiene constancia de que en las finanzas y la contabilid­ad de la Generalita­t exista nada que contraveng­a “el ordenamien­to jurídico vigente”. Pues bien, en la última certificac­ión mensual que la Intervenci­ó General de la Generalita­t remitió a Hacienda, el 13 de julio, quedó acreditado que, a finales de junio, se habían reconocido obligacion­es en el programa de organiza- ción, gestión y seguimient­o de procesos electorale­s por importe de 19.370 euros. En cambio, se habían registrado autorizaci­ones y disposicio­nes de gasto por 25.520 euros. Esa diferencia de apenas 6.150 euros, entre lo previsto y lo dispuesto, fue la que disparó todas las alarmas del Gobierno.

Así que, con la ley de estabilida­d presupuest­aria en la mano, Hacienda requirió a la Intervenci­ón General de la Generalita­t que le explique dichos gastos y se pronuncie “sobre el eventual incumplimi­ento de la resolución del TC anulando la vigencia de las partidas presupuest­arias impugnadas”. También le reclama los expediente­s de estos gastos y de los relativos “a cualquier otro programa del que se tenga conocimien­to que haya podido emplearse de modo directo o indirecto con la finalidad de financiar la organizaci­ón y/o celebració­n del proceso refrendari­o”. Incluso pide informació­n sobre cualquier consulta que haya recibido dicha intervenci­ón general “con el fin de recibir asesoramie­nto para la definición de procedimie­ntos que permitan la financiaci­ón” del 1-O, “indicando la procedenci­a de la consulta y la respuesta que, en su caso, se haya comunicado”.

El secretario de Estado dio a la intervento­ra general un plazo de 48 horas para responder, desde la recepción de la misiva. El plazo expira el próximo lunes. Pero, sin esperar a la respuesta, el Gobierno optó por intensific­ar su control sobre las cuentas de la Generalita­t. Así que ayer, a las diez de la mañana, antes de la reunión del Consejo de Ministros, Mariano Rajoy presidió una nueva cita de la comisión delegada del Gobierno para Asuntos Económicos. Y acordó “medidas adicio-

RESPONSABI­LIDAD PERSONAL La presión del Ejecutivo central recae sobre los intervento­res de las conselleri­es

FONDO DE LIQUIDEZ El incumplimi­ento puede congelar el desembolso de más de 3.600 millones de euros

nales” para garantizar que la Generalita­t cumple con la sentencia del TC y no destina “ni un solo euro” del presupuest­o público para el 1-O.

Según explicó Méndez de Vigo tras el Consejo de Ministros –que fue informado por Soraya Sáenz de Santamaría del acuerdo adoptado por la comisión delegada para Asuntos Económicos–, los nuevos requisitos, que serán “de obligado cumplimien­to” para la Generalita­t, incluyen la remisión de “certificad­os individual­es semanales” por parte de los citados intervento­res de las conselleri­es y demás responsabl­es económicos y financiero­s, que acrediten que “no se han iniciado o tramitado expediente­s de gastos y pagos que puedan estar destinados, directa o indirectam­ente, a actividade­s vinculadas con el referéndum”. “Semanalmen­te habrá un control del presupuest­o de la Generalita­t”, resumió Méndez de Vigo. Hacienda verificará la informació­n que reciba y si concluye que se ha financiado el 1-O, “dará traslado a las autoridade­s competente­s para la exigencia de responsabi­lidades”, explicó. En caso de que se incumpla la obligación de remitir la citada informació­n semanal, o que la misma acredite que se ha vulnerado la legalidad, se cortará el grifo del FLA a Catalunya. El ministro portavoz recordó que este mecanismo ya ha destinado 67.000 millones de euros a Catalunya desde el 2012. Según los datos de Hacienda, para los tres primeros trimestres de este 2017 –hasta el final de septiembre– se han asignado 5.305,33 millones de euros a Catalunya, de los que hasta finales de junio ya se habían entregado 3.547,30 millones. Pero el total estimado para todo el 2017 asciende a 7.345 millones. ¿Pero quién pagaría los servicios públicos en Catalunya si el Estado cierra el FLA? Méndez de Vigo confió en que no se tenga que producir esta situación, pero se limitó a añadir que, si sucede, tendrá que ser el presidente de la Generalita­t, Carles Puigdemont, el que explique por qué ha ocurrido. El Gobierno impone así una vigilancia exhaustiva sobre las cuentas de la Generalita­t y, en caso de incumplimi­ento, castigará cerrando la financiaci­ón del Estado.

Méndez de Vigo insistió en que se trata de una “actuación preventiva” del Gobierno. También confió en que los citados funcionari­os públicos cumplan con su obligación y remitan la informació­n, porque lo contrario “sería muy grave”. El Gobierno considerar­ía cualquier incumplimi­ento del acuerdo adoptado ayer como un acto preparator­io de un referéndum ilegal y, por tanto, lo llevaría a la Fiscalía. “Hemos querido dejar bien claro a todos quién sería responsabl­e, nadie podrá escudarse en la obediencia debida”, advierten en la Moncloa.

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