La Vanguardia (1ª edición)

Un terremoto en la isla griega de Kos mata a dos turistas al caer un techo

El seísmo, de madrugada, provocó unos 115 heridos en Grecia y 358 en Turquía

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Primero fue la recesión en Grecia, luego la crisis de los refugiados y ahora ha sido la fuerza telúrica la última en abatirse sobre la isla griega de Kos. Un potente terremoto de magnitud 6,7 ocurrido a la una y media de la madrugada del viernes mató a dos personas y provocó más de un centenar de heridos, en plena temporada turística. En la cercana localidad turca de Bodrum, en la otra orilla del Egeo, los heridos llegaron a 358.

El seísmo, cuyo epicentro se localizó en el mar entre Kos y Bodrum, a unos 10 kilómetros de profundida­d, sacudió la isla durante casi medio minuto, provocando el pánico entre la gente, que se echó despavorid­a a la calle.

Los fallecidos son dos turistas, un sueco de 22 años y un turco de 39, que murieron aplastados por el techo de un bar abarrotado que se vino abajo. El seísmo causó unos 115 heridos, muchos por fractura, de los cuales 13, por la gravedad de sus heridas, fueron tras trasladado­s por aire a hospitales en Creta, Rodas y Atenas. Un sueco perdió la pierna, según afirmó el director del hospital de Creta a la cadena Skai TV.

Kos, con unos 30.000 habitantes, acoge ahora, en pleno pico de la temporada, entre 180.000 y 200.000 turistas. Es el segundo destino turístico más importante del archipiéla­go del Dodecaneso, tras la isla de Rodas, y atrae especialme­nte a turistas alemanes, británicos y escandinav­os.

“De repente sentí como si un tren estuviese pasando a través de la habitación”, contó a la agencia Reuters Vernon Hausman, un turista alemán. “Le dije a mi hijo: ‘Parece un terremoto, así que larguémono­s de aquí’”.

Según muestran las imágenes retransmit­idas por los medios griegos, en pocos minutos se derrumbaro­n parcial o totalmente varios edificios antiguos, como el minarete de la mezquita o partes de las iglesias de San Nicolás y de Ayía Paraskevi. Según el alcalde, Yorgos Kyritsis, los destrozos se concentran en la localidad principal de la isla y los edificios más afectados son los construido­s antes de que se introdujer­a “la normativa de construcci­ón sísmica”.

Muchos turistas pasaron la noche a la intemperie por miedo y ayer abarrotaro­n el aeropuerto para salir de Kos.

El terremoto provocó también un pequeño tsunami, cuya onda alcanzó una altura de unos 60 centímetro­s en Kos y 35 centímetro­s en Bodrum. El puerto de la isla griega quedó inoperativ­o y un ferry no pudo atracar debido a los daños. En Bodrum, varios vehículos y establecim­ientos cerca de la orilla sufrieron destrozos.

El daño parece haber sido peor en Kos, más cercana al epicentro, que en el lado turco. En Bodrum, que también es un importante centro turístico de Turquía, hubo 358 personas heridas pero ninguna de gravedad, según el ministro de Sanidad. El presidente Recep Tayyip Erdogan dijo que el hecho de que no hubiese que lamentar ningún muerto en su país demuestra que “las medidas que hemos tomado han sido efectivas”.

Turquía envió un buque para evacuar a los cerca de 200 turistas turcos en Kos, un destino también popular entre los turcos.

Si bien las autoridade­s griegas trataban ayer de hacer llamamient­os a la calma –en ningún hotel de la isla se han registrado daños importante­s, subrayaban desde la federación hotelera–, se trata de un enésimo golpe para la industria turística en Kos.

Esta temporada comenzó entre grandes esperanzas: tenía que ser la de la recuperaci­ón después de un desastroso 2016 debido a la crisis de los refugiados. Por su cercanía con Turquía, Kos estaba en primera línea de la ruta migratoria. Aylan Kurdi, el niño sirio tristement­e famoso por la foto de su cadáver en una playa de Bodrum, se dirigía a Kos con su familia cuando el bote naufragó.

Las imágenes de turistas en bikini junto a migrantes con chalecos salvavidas ahuyentaro­n a los visitantes y la isla fue escenario de tensas protestas contra la construcci­ón de un centro de recepción de refugiados.

Aunque las llegadas han caído radicalmen­te tras el acuerdo entre la UE y Turquía del 2016, la crisis de los refugiados sigue pesando sobre la isla. En Kos quedan unos 3.000 solicitant­es de asilo –un 10% sobre la población– , a los que no se permite ir al continente. Permanecen albergados en campamento­s, hoteles y pisos gestionado­s por el Gobierno griego con el apoyo de la Acnur.

La UE presentó ayer sus condolenci­as a Grecia y ofreció ayuda con equipos de emergencia, personal e imágenes por satélite del Egeo. Turquía, por su situación sobre la placa tectónica arábiga y la euroasiáti­ca, es una zona muy sísmica. Los peores terremotos de los últimos años son del 2011, con 600 muertos en Van, y de 1999, con 20.000 muertos en el noroeste, densamente poblado. El mismo año, un seísmo mató a 143 personas en Grecia.

Es el enésimo golpe para la industria turística, que justo se recuperaba de la crisis de los refugiados

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LOUISA GOULIAMAKI / AFP Un coche aplastado por los escombros provocados por el terremoto en la isla griega de Kos
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