Entrevista a Marta Pascal
Marta Pascal, coordinadora general del PDECat
La coordinadora general del PDECat evalúa la situación de la formación en plena vorágine soberanista y también el proyecto político.
Hace un año, el equipo de Marta Pascal y David Bonvehí tomó las riendas del nuevo PDECat. Una dirección ejecutiva que está de aniversario inmersa en la vorágine del proceso soberanista y con el reto de consolidar un proyecto político donde el pasado todavía pesa.
¿Qué quería hacer y no ha hecho al frente del PDECat?
Hemos consolidado el espacio municipal y el de las ideas, se ha pasado de los 7.000 a los 13.000 asociados, pero ahora nos tenemos que convertir en el gran partido útil y de centro de Catalunya. Probablemente eso tendrá una expresión concreta después del 1 de octubre.
Antes se tiene que llegar. ¿Cuál es el papel del partido?
El Govern tiene la misión de hacer posible el referéndum, y nosotros tenemos que ganar la mayoría y defender un modelo de sociedad que no es uno cualquiera. Queremos una Catalunya con un Estado pequeño y una sociedad grande.
Los últimos días se ha cuestionado el compromiso del PDECat hacia el referéndum.
Eso es muy injusto, retrógrado y rancio. Nuestro compromiso es firme y tiene nombres y apellidos: el president Puigdemont, Mas, Rigau, Homs, Borràs... Que no nos den lecciones. Nadie ha hecho los actos de generosidad que ha hecho el PDECat, empezando por dejar atrás CDC. Estamos tranquilos y convencidos de que somos muy necesarios.
Con los relevos de los últimos días hay un cierto espejismo del pasado. Turull renunció a las primarias del partido; Forn es el último miembro activo del pinyol de Mas; Corominas estaba en la dirección de CDC...
En nuestro partido hay una expresión de liderazgos nuevos y un estilo diferente, y esto se ha impulsado manteniendo el equilibrio sobre el trabajo hecho, pero mirando al futuro. Lo nuestro no es
una ruptura, es una evolución.
Se compararon con el movimiento político de Macron.
Nos fundamos hace un año. ¡Nos avanzamos a Macron!
¿Cree que el vicepresident Junqueras hace todo el que puede para organizar el referéndum?
No me imagino al vicepresident rebajando su compromiso con el referéndum. Tenemos que tener claro que a la gente no la podemos engañar. Lo que puedo yo garantizar es que el PDECat irá hasta el final en este compromiso.
¿Tiene la seguridad que el 1-O habrá urnas?
Estoy convencida de que el compromiso del presidente Puigdemont y el Govern será posible. Votar
no es un lujo, es una necesidad.
¿No hay alternativa?
Lo que está pasando en Catalunya, que es la expresión de un cambio, sólo puede ser posible a través de un referéndum. Eso quiere decir que democráticamente también tendremos que aceptar el resultado.
¿No tiene que tener líneas rojas la organización del 1-O?
Lo primero que tenemos que hacer es garantizar que se hace conforme a los estándares internacionales. Se tiene que normalizar el hecho del voto, tenemos la legitimidad y se le tiene que dar la coherencia logística para que la mirada desde fuera entienda que las urnas son la solución, no el problema.
¿Y se cumplirán?
El Govern está en disposición de que sea así. La prueba es que invita a observadores internacionales para validar que se hacen las cosas bien.
¿Se puede proclamar la independencia, por ejemplo, con un 30% de participación?
La independencia se proclama si los ciudadanos de Catalunya quieren y a partir de los resultados del 1-O. El foco ahora no es proclamar la independencia, sino cómo damos la voz a la gente, bajo qué garantías.
Ante la actitud del Gobierno español, lo que se avista es un panorama de movilizaciones.
Tenemos que ser astutos con la respuesta ciudadana. Tiene que ser
masiva, pacifica y bien articulada.
Ada Colau se apunta a la movilización, no al referéndum.
Su posición responde más a una estrategia política que a una convicción democrática.
¿La división de poderes entre el partido y el Govern es una división real con Carles Puigdemont?
Su compromiso con el PDECat es total y absoluto. Somos un partido con vocación de gobierno que ha decidido que el punto de referencia no lo tiene en las instituciones sino en el proyecto que representa. Hemos tenido que aprender, pero el resultado ha sido muy positivo.
Podría haber sido presidenta del grupo de Junts pel Sí.
Y mi decisión de no serlo responde a ese espíritu que le decía. Queremos ser un partido fuerte, que toma decisiones, asume retos y, si hace falta, es autocrítico.
¿No han perdido peso en la crisis de Govern?
Lo que hemos hecho es un acto de generosidad extraordinaria. Y no es el primero. Si había que reformular el Govern, por nosotros no ha quedado.
¿El partido se podía sentir excluido de las decisiones?
Este proceso no sale adelante si el PDECat no está cómodo, no está fuerte y no se siente protagonista de lo que hacemos. El actual catalanismo político se aglutina en torno al derecho a decidir, y hace falta un partido soberanista de centro fuerte, sin fisuras, agobios ni debilidades. Esos somos nosotros.
¿No hacía falta ningún esfuerzo de ERC?
El president es la persona que nombra y destituye consellers. El partido lo acompañó en lo que hacía referencia a los consellers del PDECat. Junts pel Sí es una experiencia temporal y excepcional que ha dado lugar a una expresión de Govern que tiene dos partidos en su seno. Yo me niego a aceptar que hay algunos más convencidos que otros, y a las pruebas y a las querellas me remito.
¿Así pues, no pidieron repartir sacrificios con ERC?
El partido siempre ha pedido al president que haga compatible que el proceso salga adelante con un PDECat fuerte. Somos un partido que se proyecta a medio plazo. Vamos mucho más allá del 1-O. Eso es lo que pedimos al president, y él lo entiende y lo comparte.
¿Junts pel Sí no se repetirá?
La fórmula tiene un inicio y un final, que es el 1 de octubre. Después, pase lo que pase, es bueno y sano que el voto soberanista se exprese con varias sensibilidades. Todos los síes en las urnas llevan inherente una determinada manera de entender el país, y la nuestra no es la de ERC.
Tienen una ejecutiva disminuida. ¿Habrá cambios?
En otoño se reforzará el espacio de toma de decisiones ejecutivas del partido. De momento, hemos recosido y normalizado las familias.
La otra asignatura pendiente son los candidatos. El cartel de Barcelona está vacante, y la exconsellera Munté dice que le haría ilusión.
“Todo esto no es posible si nuestro partido no está cómodo y es protagonista” “Hemos pedido al president que haga compatible el proceso con un PDECat fuerte” “Si había que reformular el Govern para salir adelante, por nosotros no ha quedado”
¡Bienvenida la gente que tenga ganas! Queremos tener los candidatos municipales proclamados en un año. En todo caso, decidirán a los asociados.
¿También el candidato a la Generalitat?
Por eso habrá que esperar a ver qué pasa el 1-O. Pero lo tenemos todo a punto para abordar la elección no sólo de la cabeza de cartel, sino de todo el equipo.
¿Cómo puede afectar la sentencia del caso Palau después del verano al expresident Mas?
“Junts pel Sí tiene un final, y es el 1-O; el soberanismo tiene que expresar sus diferencias”
Hasta que haya sentencia, lo más justo es no decir nada. Eso sí, si alguien ha expresado generosidad y visión de la jugada, es el president Mas. Es un gran activo, siempre lo será, y estamos muy orgullosos.
El nivel de exigencia con Germà Gordó fue muy alto.
No tenemos doble vara de medir para la corrupción. Hemos heredado de CDC lo mejor, pero también tenemos una mirada crítica hacia nuestro pasado.