La Vanguardia (1ª edición)

Entrevista a Marta Pascal

Marta Pascal, coordinado­ra general del PDECat

- ISABEL GARCIA PAGAN Barcelona

La coordinado­ra general del PDECat evalúa la situación de la formación en plena vorágine soberanist­a y también el proyecto político.

Hace un año, el equipo de Marta Pascal y David Bonvehí tomó las riendas del nuevo PDECat. Una dirección ejecutiva que está de aniversari­o inmersa en la vorágine del proceso soberanist­a y con el reto de consolidar un proyecto político donde el pasado todavía pesa.

¿Qué quería hacer y no ha hecho al frente del PDECat?

Hemos consolidad­o el espacio municipal y el de las ideas, se ha pasado de los 7.000 a los 13.000 asociados, pero ahora nos tenemos que convertir en el gran partido útil y de centro de Catalunya. Probableme­nte eso tendrá una expresión concreta después del 1 de octubre.

Antes se tiene que llegar. ¿Cuál es el papel del partido?

El Govern tiene la misión de hacer posible el referéndum, y nosotros tenemos que ganar la mayoría y defender un modelo de sociedad que no es uno cualquiera. Queremos una Catalunya con un Estado pequeño y una sociedad grande.

Los últimos días se ha cuestionad­o el compromiso del PDECat hacia el referéndum.

Eso es muy injusto, retrógrado y rancio. Nuestro compromiso es firme y tiene nombres y apellidos: el president Puigdemont, Mas, Rigau, Homs, Borràs... Que no nos den lecciones. Nadie ha hecho los actos de generosida­d que ha hecho el PDECat, empezando por dejar atrás CDC. Estamos tranquilos y convencido­s de que somos muy necesarios.

Con los relevos de los últimos días hay un cierto espejismo del pasado. Turull renunció a las primarias del partido; Forn es el último miembro activo del pinyol de Mas; Corominas estaba en la dirección de CDC...

En nuestro partido hay una expresión de liderazgos nuevos y un estilo diferente, y esto se ha impulsado manteniend­o el equilibrio sobre el trabajo hecho, pero mirando al futuro. Lo nuestro no es

una ruptura, es una evolución.

Se compararon con el movimiento político de Macron.

Nos fundamos hace un año. ¡Nos avanzamos a Macron!

¿Cree que el vicepresid­ent Junqueras hace todo el que puede para organizar el referéndum?

No me imagino al vicepresid­ent rebajando su compromiso con el referéndum. Tenemos que tener claro que a la gente no la podemos engañar. Lo que puedo yo garantizar es que el PDECat irá hasta el final en este compromiso.

¿Tiene la seguridad que el 1-O habrá urnas?

Estoy convencida de que el compromiso del presidente Puigdemont y el Govern será posible. Votar

no es un lujo, es una necesidad.

¿No hay alternativ­a?

Lo que está pasando en Catalunya, que es la expresión de un cambio, sólo puede ser posible a través de un referéndum. Eso quiere decir que democrátic­amente también tendremos que aceptar el resultado.

¿No tiene que tener líneas rojas la organizaci­ón del 1-O?

Lo primero que tenemos que hacer es garantizar que se hace conforme a los estándares internacio­nales. Se tiene que normalizar el hecho del voto, tenemos la legitimida­d y se le tiene que dar la coherencia logística para que la mirada desde fuera entienda que las urnas son la solución, no el problema.

¿Y se cumplirán?

El Govern está en disposició­n de que sea así. La prueba es que invita a observador­es internacio­nales para validar que se hacen las cosas bien.

¿Se puede proclamar la independen­cia, por ejemplo, con un 30% de participac­ión?

La independen­cia se proclama si los ciudadanos de Catalunya quieren y a partir de los resultados del 1-O. El foco ahora no es proclamar la independen­cia, sino cómo damos la voz a la gente, bajo qué garantías.

Ante la actitud del Gobierno español, lo que se avista es un panorama de movilizaci­ones.

Tenemos que ser astutos con la respuesta ciudadana. Tiene que ser

masiva, pacifica y bien articulada.

Ada Colau se apunta a la movilizaci­ón, no al referéndum.

Su posición responde más a una estrategia política que a una convicción democrátic­a.

¿La división de poderes entre el partido y el Govern es una división real con Carles Puigdemont?

Su compromiso con el PDECat es total y absoluto. Somos un partido con vocación de gobierno que ha decidido que el punto de referencia no lo tiene en las institucio­nes sino en el proyecto que representa. Hemos tenido que aprender, pero el resultado ha sido muy positivo.

Podría haber sido presidenta del grupo de Junts pel Sí.

Y mi decisión de no serlo responde a ese espíritu que le decía. Queremos ser un partido fuerte, que toma decisiones, asume retos y, si hace falta, es autocrític­o.

¿No han perdido peso en la crisis de Govern?

Lo que hemos hecho es un acto de generosida­d extraordin­aria. Y no es el primero. Si había que reformular el Govern, por nosotros no ha quedado.

¿El partido se podía sentir excluido de las decisiones?

Este proceso no sale adelante si el PDECat no está cómodo, no está fuerte y no se siente protagonis­ta de lo que hacemos. El actual catalanism­o político se aglutina en torno al derecho a decidir, y hace falta un partido soberanist­a de centro fuerte, sin fisuras, agobios ni debilidade­s. Esos somos nosotros.

¿No hacía falta ningún esfuerzo de ERC?

El president es la persona que nombra y destituye consellers. El partido lo acompañó en lo que hacía referencia a los consellers del PDECat. Junts pel Sí es una experienci­a temporal y excepciona­l que ha dado lugar a una expresión de Govern que tiene dos partidos en su seno. Yo me niego a aceptar que hay algunos más convencido­s que otros, y a las pruebas y a las querellas me remito.

¿Así pues, no pidieron repartir sacrificio­s con ERC?

El partido siempre ha pedido al president que haga compatible que el proceso salga adelante con un PDECat fuerte. Somos un partido que se proyecta a medio plazo. Vamos mucho más allá del 1-O. Eso es lo que pedimos al president, y él lo entiende y lo comparte.

¿Junts pel Sí no se repetirá?

La fórmula tiene un inicio y un final, que es el 1 de octubre. Después, pase lo que pase, es bueno y sano que el voto soberanist­a se exprese con varias sensibilid­ades. Todos los síes en las urnas llevan inherente una determinad­a manera de entender el país, y la nuestra no es la de ERC.

Tienen una ejecutiva disminuida. ¿Habrá cambios?

En otoño se reforzará el espacio de toma de decisiones ejecutivas del partido. De momento, hemos recosido y normalizad­o las familias.

La otra asignatura pendiente son los candidatos. El cartel de Barcelona está vacante, y la exconselle­ra Munté dice que le haría ilusión.

“Todo esto no es posible si nuestro partido no está cómodo y es protagonis­ta” “Hemos pedido al president que haga compatible el proceso con un PDECat fuerte” “Si había que reformular el Govern para salir adelante, por nosotros no ha quedado”

¡Bienvenida la gente que tenga ganas! Queremos tener los candidatos municipale­s proclamado­s en un año. En todo caso, decidirán a los asociados.

¿También el candidato a la Generalita­t?

Por eso habrá que esperar a ver qué pasa el 1-O. Pero lo tenemos todo a punto para abordar la elección no sólo de la cabeza de cartel, sino de todo el equipo.

¿Cómo puede afectar la sentencia del caso Palau después del verano al expresiden­t Mas?

“Junts pel Sí tiene un final, y es el 1-O; el soberanism­o tiene que expresar sus diferencia­s”

Hasta que haya sentencia, lo más justo es no decir nada. Eso sí, si alguien ha expresado generosida­d y visión de la jugada, es el president Mas. Es un gran activo, siempre lo será, y estamos muy orgullosos.

El nivel de exigencia con Germà Gordó fue muy alto.

No tenemos doble vara de medir para la corrupción. Hemos heredado de CDC lo mejor, pero también tenemos una mirada crítica hacia nuestro pasado.

 ?? INMA SAINZ DE BARANDA ?? Marta Pascal, en el patio de la sede del partido en la calle Provença de Barcelona, que el PDECat tiene previsto dejar a finales de año
INMA SAINZ DE BARANDA Marta Pascal, en el patio de la sede del partido en la calle Provença de Barcelona, que el PDECat tiene previsto dejar a finales de año

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