La Vanguardia (1ª edición)

Los shorts de Mandela, velos y minifaldas

- XAVIER ALDEKOA

Cuando Nelson Mandela fue trasladado a la prisión de Robben Island en el invierno de 1964, la primera humillació­n llegó con la ropa: los carceleros repartiero­n pantalones cortos a los negros, no así a los reclusos blancos e indios. Ahmed Kathrada, amigo de Madiba, vivió aquella burla en carne propia. “Los niños visten pantalones cortos. Esa era la mentalidad del apartheid. Si eras negro, no podías nunca llegar a ser un adulto, eras un niño, e ibas a ser tratado siempre como un niño”. Aunque el sol apriete, aún hoy es raro ver a adultos en pantalón corto en países africanos.

Pese a las enormes diferencia­s entre culturas del continente, la vestimenta tiene importanci­a capital y define relaciones personales y estatus. La reina es el paño

wax, tela de colores vivos y dibujos que visten las mujeres en forma de trajes o fulares. En África Occidental y Congo es el pagne. En Mozambique, la capulana. En Malawi, la chitenge. En Sudáfrica, el kikoi; y en África Oriental, la kanga. Para el turista, las telas coloridas son parte del paisaje, no una invitación a cambiar de vestuario. La tolerancia es lo habitual. En las zonas turísticas costeras, de Gambia a Zanzíbar y de Kenia a Mozambique, se acepta el bikini o el bañador (el topless y el nudismo no), aunque no es raro ver a bañistas en traje de baño junto a locales bañándose en camiseta. Sí se exige decoro fuera del agua. En Stone Town, barrio musulmán en Zanzíbar, las mujeres deben taparse los hombros y vestir faldas largas.

La fe y el machismo están tapando el cuerpo de la mujer. Aunque en Suazilandi­a o Namibia los pechos descubiert­os son algo natural –en el norte namibio se ve a himbas comprar en supermerca­dos vestidas de forma tradiciona­l–, el avance del ala dura del islam en el norte de Mali, Nigeria, Sudán o Somalia cubre cabello y cuerpo de las mujeres. En Uganda o Zimbabue, es el cristianis­mo conservado­r el que evita ver demasiada piel: han prohibido las minifaldas a las funcionari­as y se acosa a quienes la llevan por la calle.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain