Agua en tierra de vino
Torrelavit estrena un centro cultural y turístico que explica la huella del río en el paisaje del Penedès
En Torrelavit, pequeño municipio del Alt Penedès de poco más de 1.400 ciudadanos, prácticamente los mismos que en 1900, han depositado buena parte de la estrategia de promoción en el Centre d’Interpretació de l’Aigua (CdIAT). Y es que el agua, en esta tierra de vino, ha sido clave desde antes de la fundación del pueblo.
Está la hipótesis de que el topónimo Lavit es de raíz bereber o árabe, según algunos historiadores que sostienen que el valle del Riudebitlles estuvo integrado en Al-Andalus durante varios siglos. Se cree que el aprovechamiento de las aguas del río por varios sistemas hidráulicos primitivos, con acequias para mover molinos y regar huertas, fue realizado por musulmanes. También hay otra hipótesis sobre estas instalaciones hidráulicas: que se iniciaron bajo el asesoramiento de órdenes religiosas (benedictinos) a finales del siglo IX o comienzos del X.
En 1888 la filoxera se detectó en Lavit y Terrassola (que se unirían en 1920 formando Torre-Lavit). La destrucción de la viña trajo muchas dificultades, pero no alteró tanto la economía como en otras poblaciones, ya que gracias al agua fluvial existía una potente industria papelera, así como una fábrica de tejidos, que daba trabajo a mucha gente.
El CdIAT ha supuesto una inversión de 600.000 euros. Es un centro cultural y turístico donde el visitante puede descubrir la relación entre el Riudebitlles, con sus afluentes, y la historia y el paisaje de Torrelavit. El espacio está gestionado por la Fundació Mas Albornà, una organización dedicada a la integración social y laboral de las personas con discapacidad, trastorno mental y riesgo de exclusión. El alcalde, Ramon Riera, afirma que “no es sólo un espacio donde preservar la memoria, sino también un punto dinamizador para crear empleo y enriquecer el tejido comercial”.