Ópera con relente
Una ruta por Bell-lloc d’Urgell, Térmens o Boí demuestra que en los pueblos hay grandes fans
El viernes, a las diez de la noche, en el frontón de Bell-lloc d’Urgell, el público lo forman matrimonios de la tercera edad, aunque también hay algunos jóvenes y tres niños de corta edad que según informa la abuela, llevan la música en los genes, pues son hijos de músicos profesionales. El patio de butacas es el habitual de las noches festivas estivales, mesas y butacas blancas como en una verbena, pero esta es una velada para los que aman la música de verdad, una cita gracias a la televisión, con una de las óperas más populares de Verdi, Il trovatore.
“Vengo mucho al pueblo de mis padres. Estoy aquí porque soy melómano y espero que el año que viene programen Wagner. Pero Verdi está muy bien para una noche como esta”, explica Jordi, sentado en un banco junto a Pilar su pareja. Jesús y Paquita saben el argumento de la obra. “Manrico es un personaje ligado al Comtat d’Urgell. Sería uno de los nuestros”, explica Jesús. Paquita prefiere la zarzuela, pero confiesa que se ha emocionado con el coro de los gitanos a golpe de martillo sobre el yunque. “¿Quién alegra la vida del gitano? La zingarella”.
A la media parte, algunos aprovechan para volver a casa, el relente les ha sorprendido y prefieren ver la segunda parte desde el anfiteatro doméstico. “El año pasado vine sin chaqueta, y este vengo prevenida”, afirma una señora que aplaude la iniciativa de escuchar ópera gratis.
A diez kilómetros de Bell-lloc, en Térmens, la gran pantalla se ha instalado en una pequeña plaza junto al Centre Cultural Sant Joan, una iglesia restaurada en el centro histórico. Una vecina del pueblo, Àngels Molpeceres, socia de los Amics de l’Òpera de Lleida, ha sido la encargada de introducir a sus amigos y amigas sobre el argumento y las características de Il trovatore. “Es un honor explicar todo lo que sé de Verdi, y me gustaría repetir el año que viene. Es una idea fantástica que espero tenga continuidad, porque la ópera es un género muy popular, sea aquí en un pequeño pueblo o en una gran ciudad”, afirma Àngels, que se confiesa wagneriana y ya es la segunda de la noche.
Ha llegado la hora de la venganza. Azucena desvela su secreto al pérfido Conde de Luna, capaz de todas las crueldades por el amor de Leonora. “Es una tragedia muy grande, pero hay momentos que me han puesto la piel de gallina”, dice una vecina que agradece la iniciativa. La alcaldesa de Térmens, Concep Canadell, es la primera que se apresta a recoger las sillas tras la función. “Estoy impresionada de la respuesta de los vecinos. No me extraña que sea un éxito. Esto es auténtica cultura popular”. Como en Bell-lloc d’Urgell, como en Térmens, o como en Boí (en la foto), Il trovatore congregó a más de 100.000 personas en la sesión del Liceu a la Fresca. Habrá que repetirlo. Algunos piden Wagner.