‘Amigos para siempre’, la banda sonora
Uno de los momentos más emocionantes de los Juegos de Barcelona fue escuchar a Josep Carreras y Sarah Brightman cantando
Amigos para siempre en la ceremonia de clausura. Era como el punto final de la celebración, la banda sonora de aquellos quince días, el mensaje de la capital catalana al mundo. Todavía hoy es imposible escuchar la canción y no viajar mentalmente a aquellas emotivas fechas.
Fue el propio Carreras, diez años después, quien me explicó cómo se gestó todo, a raíz de las memorias del cantante que escribimos conjuntamente. Lo primero que hay que aclarar es que fue Luis Bassat quien pensó en el tenor catalán como director musical de las ceremonias de los Juegos. Le costó dar con él por su apretada agenda, pero finalmente lo recibió en la suite de su hotel de Nueva York, en la calle 54. Carreras aceptó de inmediato, con la única preocupación de pensar de dónde sacaría el tiempo para desempeñar el cargo. Pero la ilusión lo solucionó todo.
En una de estas reuniones con el equipo organizador en el que figuraban, además de Bassat, el productor Pepo Sol, el periodista Josep Maria Casanovas o el realizador Manuel Huerga, se planteó la necesidad de disponer de una canción muy popular para la clausura. Un tema que la gente siguiera cantando más allá de los Juegos. Se barajaron varios nombres, pero Carreras sugirió a Andrew Lloyd Webber, sin duda el compositor londinense con los musicales de más éxito de la historia, desde Jesucristo
Supestar a El fantasma de la ópera, pasando por Evita o Cats. Carreras cogió su agenda y lo llamó. Al momento se puso al otro lado del teléfono y, lo más importante, le entusiasmó el encargo, hasta el punto que citó a los organizadores en su casa de Eaton Square, en Belgravia (Londres), cuatro días más tarde.
Carreras lo relató así: “Desde el exterior no parece que sea una gran mansión, pero, cuando cruzas el umbral de la puerta, te caes de espaldas. Recuerdo que cuando entramos Bassat no daba crédito a los cuadros (incluido un Caravaggio) colgados en las paredes. Pasamos al salón, presidido por piano de cola, y allí el compositor nos ofreció un café (...). Entonces pidió que le disculpáramos unos instantes : desapareció por espació de cinco minutos y volvió sin una partitura que colocar en el facistol, lo que nos sorprendió un tanto. Pero inmediatamente se sentó junto al piano y empezó a tocar las notas de Amigos
para siempre, mientras la tarareaba. Cuando acabó, me dije: ¡bingo! Eso era justamente lo que queríamos. La verdad es que nos entusiasmó a todos y brindamos con Lloyd Webber por el regalo que nos acababa de hacer.”
Una de las cosas menos sabidas es que se pensó en que Carreras la cantara a dúo con Gloria Estefan, y de hecho los citaron a ambos en un estudio de grabación semanas más tarde para los ensayos. “El compositor en persona dirigió el ensayo y, después de escuchar la grabación, le dijo a Gloria Estefan que necesitaban una voz con otro registro. Fue el compositor quien decidió que quien interpretara la canción junto al tenor fuera Sarah Brightman, de quien se acababa de divorciar después de ocho años de matrimonio.” Era un último detalle con su exesposa, que iba a servir para relanzar su carrera musical como intérprete en solitario, después de haber intervenido en varios musicales de su marido con gran éxito.
Brightman grabó su interpretación en Londres y se incorporó su voz a la de Carreras que se había registrado en Nueva York. “Sin embargo no la conocí hasta poco antes de la ceremonia de clausura. Pero estuvo espléndida en la grabación y nos entendimos a la perfección en el escenario”.
En realidad se conocieron en la filmación de un vídeo musical en la plaza del Rei de Barcelona a las puertas de los Juegos y volvieron a trabajar juntos en un estudio del Poblenou donde grabaron las piezas de las ceremonias.
Amigos para siempre es una de las canciones de nuestra vida y volverla a escuchar es hacer un flashback a los mejores años. Y recuperar emociones.
La canción debía cantarla Carreras con Gloria Estefan, pero Webber impuso a su exesposa