Katinka Hosszú, en su espacio
Shane Tusup, entrenador y marido de la estrella húngara, conversa con ‘La Vanguardia’
Recogimos la escena en Barcelona, hace un mes y medio. Se disputaba el Trofeo Ciutat de Barcelona, segundo episodio del ciclo Mare Nostrum, una trilogía de eventos en el mundo de la natación. Por sexta vez en el día, Katinka Hosszú (28) saltaba a la piscina. Disputaba los 400 libre, una prueba para mediofondistas. Parecía exhausta. Cinco minutos antes había disputado los 200 estilos.
Junto a Katie Ledecky, Hosszú es hoy el personaje más importante del mundo en el ámbito de la natación.
Ya no está Phelps. Y Ryan Lochte parece deprimido, tras su triste paso por los Juegos de Río, el verano pasado. En aquellos días, Lochte se había involucrado en un asunto muy feo. Se emborrachó y, junto a otros tres nadadores, rompió el lavabo de una gasolinera. Luego mintió. Para cubrirse las espaldas, dijo que habían intentado atracarle. Lo cazaron las cámaras de seguridad. Se convirtió en uno de los malvados de los Juegos. Dice que llegó a pensar en suicidarse.
Hosszú es una nadadora estajonovista que había recogido tres medallas de oro en Río, el pasado verano. Una dama que invierte entre diez y doce horas diarias en la piscina. Iron Lady, es su apodo. Lo luce en sus camisetas y en sus gorras. La dama de hierro.
En Barcelona, Hosszú estaba agotada: se rezagó en el primer largo y ya no pudo remontar. Sin embargo, no se rindió.
Desde el borde, Shane Tusup la animaba, brazada a brazada. Es su entrenador y su marido. Tusup le enseñaba los bíceps, como diciéndole: “Eres la más fuerte. Para alcanzar los mayores logros hay que pasar por aquí, hay que sufrir”.
Cuando llegó a meta, Tusup fue a abrazarla.
Reconfortándose el uno y el otro, se fueron a la piscina anexa, a suavizar los músculos.
Ahora que arranca hoy la natación en Budapest, los aficionados sólo pueden esperar grandes cosas de Hosszú: la pareja ha preparado los Mundiales de manera milimétrica. Se disputan en su casa. Son sus Mundiales.
Que nadara exhausta en Barcelona no era un error. Era un plan. No puede ser de otra forma. Shane Tusup (29) tiene a un buen abanico de nadadores a su cargo, algunos primeros espadas de la natación húngara. No es poca cosa. De Hungría salen Kristina Egerszegi, Laszlo Cseh, Daniel Gyurta o Eva Risztov.
Con un Cseh otoñal, hoy el referente húngaro es Hosszú.
En Barcelona, Tusup atendió a La Vanguardia.
–Muchos nadadores se concentran en altitud, buscando sus beneficios. ¿Y ustedes?
–Siempre estamos en Budapest. No buscamos la altitud.
–Dicen que Hosszú disputa tantas pruebas como puede porque así se sacude la presión. ¿Es así?
–No lo es. Es bueno tratar de conseguir varias medallas. Pero no hacemos tantas pruebas como podemos. Lo que hay que hacer es buscar las mejores sensaciones. Por eso compite con frecuencia. Al fin y al cabo, no puedes controlar al resto de rivales.
–Tras el éxito en Río ¿han logrado mantener la motivación? ¿No han sido víctimas de la depresión que acostumbra a producirse en el año postolímpico?
–Desde luego que no. Nuestro objetivo es similar al de Río. Estamos concentrados como siempre. Al fin y al cabo, Río fue el primer paso de un largo proceso. Nuestra historia no acabó allí. Vamos a ir paso a paso, a ver hasta dónde podemos llegar.
–¿Es Hosszú un personaje popular cuando salen ahí fuera?
–Lo que hicimos en Río generó mucho impacto en Hungría. Pero también en otros lugares a los que hemos ido. En Singapur, en China, en Japón... Eso nos choca. La paran por la calle. Desde luego, las cosas han cambiado para nosotros. Y por supuesto, en Budapest nos reconocen. La verdad es que somos muy felices así.
–¿Pueden moverse con calma por la ciudad?
–No solemos salir a cenar. Nuestro calendario está muy cargado. No tenemos mucho tiempo para distraernos. Pero cuando lo hacemos, todos son amables con nosotros.
CAMBIO VITAL “Hosszú es hoy popular en Hungría, pero también en Singapur, China o Japón”, dice Shane Tusup MOMENTO DULCE “Río fue el primer paso de un proceso largo; nuestra historia no acabó allí; a ver hasta dónde llegamos”