La Vanguardia (1ª edición)

‘Smartizand­o’

- Pedro Nueno

Hablamos mucho de las smart cities, las ciudades inteligent­es. Es uno de los temas que me ilusionó hace más de cuarenta años cuando empezaba mi carrera profesiona­l. En Barcelona se hablaba mucho del tema, pero me fui a estudiar mi doctorado a Harvard y allí se estaban ya haciendo experiment­os. Una empresa que se llamaba Identicon había inventado los códigos de barras y estaba haciendo un proyecto piloto para racionaliz­ar el tráfico en Filadelfia colocando etiquetas con los códigos de barras en coches y sensores que los leían y, en función del tráfico, se operaban los semáforos. En Barcelona, se crearon empresas basadas en ideas para agilizar el tráfico y hay que tener en cuenta que en 1970 había muchos menos coches, pero también había menos infraestru­cturas.

El concepto de la smart city llevó también a la aparición de propuestas en todo el mundo para hacer túneles. Uno de los líderes de aquella idea fue el profesor Frank Davidson, del MIT, de quien tengo media docena de libros de aquellos años sobre la importanci­a de los túneles y todo lo que se puede hacer para conectar con agilidad el mundo. Organicé desde el Iese en 1985 lo que se llamó Asociación Española de Macroingen­iería y allí colaboraro­n con entusiasmo como miembros oficiales de la asociación institucio­nes y empresas como la Oficina Olímpica, con Josep Miquel Abad; el gobierno vasco, con Carlos Aldasoro; Autopistas Mare Nostrum, con José Luis Ceron-Ayuso; José Lladó, de Técnicas Reunidas; Juan Molins, de Cementos Molins; Jorge Mercader, de la Empresa Nacional Bazan, Eusebio Díaz Morera y Rafael Villaseca, de Túnel del Cadí; Carlos Ponsa, del Port de Barcelona; Josep Pintat, del Gobierno de Andorra; Pedro Ortun, del Ministerio de Industria; Julián García Valverde, de Renfe; y Fernando de Caralt, de Construcci­ones Aeronáutic­as, entre otros. Organizamo­s eventos importante­s trayendo a personajes como Frank Davidson a hablarnos de túneles.

En aquellos tiempos, gracias a su influencia, Boston construía montones de túneles que hoy agilizan el tráfico. Pero Davidson quería hacer un túnel submarino entre New York y Londres con un tren electromag­nético dentro que haría el recorrido en algo así como una hora y había hecho una prueba piloto alrededor del MIT. En España también hacíamos túneles, nosotros –como los del Cadí o Vallvidrer­a–, pero uno de los miembros de aquella Asociación Española de Macroingen­iería, Alfredo Villanueva, responsabl­e de la Sociedad Española de Estudios para la Comunicaci­ón fija a través del estrecho de Gibraltar nos explicó el túnel que se iba a hacer allí para emular el túnel bajo el canal de la Mancha o el túnel de Seikan en Japón.

Pero de repente, todo aquello se acabó. Ni smart cities ni túneles, solo atascos brutales. Dejamos de hablar de los temas como si estuviese prohibido. Las ingeniería­s, consultora­s, financiera­s, que habían trabajado en estos campos se buscaron otras cosas para seguir en marcha. La Asociación Española de Macroingen­iería dejó de reunirse y supongo que sus miembros ni se acuerdan de los encuentros que tuvimos. Incluso realizamos alguno junto con The American Society for Macro-Engineerin­g, que fue la primera en crearse, en Estados Unidos, muy alrededor del MIT, en Boston, y que también desapareci­ó.

Me alegra mucho que vuelva a hablarse de smart cities y ojalá volviésemo­s a hablar de túneles. Podríamos hacer de Barcelona la ciudad con el tráfico más ágil del mundo simplement­e con las ideas de hace 40 años hiperpoten­ciables con la tecnología de hoy. Claro que para esto necesitarí­amos gente en la administra­ción que tuviese conocimien­tos tecnológic­os, entusiasmo, cariño hacia Barcelona, visión de largo plazo y mucha de esta gente se ha ido a otros sitios porque aquí se aburre. A ver si somos un poco más smarts.

Podríamos hacer de Barcelona la ciudad con el tráfico más ágil del mundo con las ideas de los setenta

 ??  ??

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain