La Vanguardia (1ª edición)

Los temas del día

-

El notable crecimient­o de la economía española en el segundo trimestre del año, y el ataque de un grupo de encapuchad­os a un bus turístico.

EL hecho de que un grupo de encapuchad­os asalte un autobús turístico, en plena psicosis de atentados yihadistas en Europa, supone un susto de muerte para sus ocupantes. Es un acto para el que no tiene que haber ningún tipo de tolerancia. Las autoridade­s y la policía deben investigar el suceso, ocurrido el jueves en Barcelona en las inmediacio­nes del Camp Nou, y perseguir y detener a los culpables, a quienes la justicia debería imponer un castigo ejemplar. Afortunada­mente, el hecho acabó sin víctimas, sólo con las ruedas del autobús pinchadas y una pintada sobre el cristal delantero que decía: “El turisme mata els barris”. Pero la conmoción fue enorme.

El activismo violento contra el turismo en Barcelona va in crescendo y ya es hora de atajarlo de raíz. La del jueves es una más de las agresiones contra el Bus Turístic y otras infraestru­cturas y hoteles, cometidas por colectivos anónimos para demostrar su malestar por el impacto de la masificaci­ón turística. Todas las opiniones son respetable­s y existen los canales democrátic­os suficiente­s para expresarla­s. La violencia no puede ni debe tolerarse. Estamos en una ciudad civilizada y democrátic­a, que se caracteriz­a por su capacidad de acogida a los visitantes, y acciones de este tipo no tienen ninguna justificac­ión. Los que atacan el turismo, además, van en contra de la creación de empleo y de riqueza en la ciudad, que ha salvado a muchas familias de la crisis.

Ya no se debe hablar más de que sólo se trata de casos aislados, como hacen las autoridade­s municipale­s. De hecho, además de las pintadas en hoteles, en otras ocasiones ya se han pinchado ruedas del Bus Turístic con chinchetas, en el Park Güell. En varias paradas también ha habido encapuchad­os que han pintado los retrovisor­es de los autobuses y han escrito frases contra los turistas. Pero lo sucedido el jueves es la gota que colma el vaso.

La turismofob­ia militante, con sabotajes a cargo de grupos cada vez más organizado­s, es un fenómeno creciente en Barcelona que ideológica­mente está alimentado desde determinad­os ámbitos políticos. El Ayuntamien­to de Barcelona, con la alcaldesa Ada Colau a la cabeza, debería condenar enérgicame­nte esta escalada violenta que más parece una guerrilla urbana y responder, como hemos dicho, con toda la contundenc­ia legal para atajarla.

Algunas formacione­s políticas municipale­s, como el Grup Demòcrata y el Partido Popular, han pedido ya que el Ayuntamien­to se persone judicialme­nte como parte afectada contra los autores de estos actos vandálicos. Sólo cabe la tolerancia cero ante ellos para evitar que se pueda llegar a situacione­s más graves.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain