Mariano Rajoy
El presidente del Gobierno superó su testifical con ventaja sobre sus interrogadores-acusadores aunque, inevitablemente, la escenografía judicial lesiona un poco más su reputación. Pudo haber sido un episodio desastroso pero fue peor para quienes plantearon un interrogatorio de carril y previsible. La EPA vigorosa del jueves le ofreció púlpito para su discurso de la recuperación y la rueda de prensa del viernes subrayó que aquí la crisis tiene un solo nombre: Catalunya. Las vacaciones serán cortas y arrítmicas con un agosto acortado en el que Rajoy se atendrá a su rutina de caminar braceando en su tierra gallega y haciendo declaraciones reiterativas pero no inocuas. Escúchenle desde Barcelona porque envía mensajes entre líneas pero de potencia in crescendo.