Titus Molkenbur
COORDINADOR DE JUGEND RETTET
La oenegé alemana Jugend Rettet ha sido descubierta por las autoridades italianas colaborando con traficantes libios en el rescate de migrantes en el Mediterráneo, el pasado junio. Su barco se encuentra retenido en Sicilia.
La oenegé alemana Jugend Rettet (la juventud rescata) se halla en serios apuros. La Fiscalía de Trapani, en Sicilia, la acusa de favorecer la inmigración clandestina. Los magistrados disponen de diversas pruebas, entre ellas varias fotos tomadas al parecer desde el barco de otra oenegé, Save the Children, por un policía encubierto que se infiltró en la tripulación. Los principales diarios italianos publicaron ayer estas fotos.
En total se habla de tres episodios incriminatorios. Dos de ellos muy recientes, el 18 y 26 de junio pasados. El tercero, el 10 de septiembre del 2016. De las imágenes se infiere que había un trato amistoso entre los ocupantes de la nave Iuventa, de Jugend Rettet, y los traficantes. A uno de ellos se le captó desenganchando un motor fueraborda de la lancha de los migrantes para llevárselo de nuevo a la costa libia. En otra foto se ve cómo una pequeña lancha del Iuventa remolca una embarcación de madera de los traficantes, como si les facilitaran las cosas para una nueva operación. En uno de los casos los hechos se desarrollaron a sólo 1,3 millas de la costa libia.
La Fiscalía de Trapani llevaba tiempo difundiendo públicamente sospechas sobre algunas oenegés que salvan a migrantes en el canal de Sicilia. Apuntaban a complicidades con los traficantes y turbias fuentes de financiación. Es la primera vez que estas acusaciones se sustancian. Además de las fotografías tomadas por un topo policial en la nave Vos Hestia, de Save the Children, los investigadores dispondrían también de material sonoro, una grabación realizada con un dispositivo oculto en el interior de la Iuventa. El barco de Jugend Rettet permanece bajo secuestro preventivo en los muelles de la isla de Lampedusa. Está previsto que entre hoy y el sábado sea trasladado a Trapani.
La acción judicial contra Jugend Rettet se ha producido pocos días después de que tres oenegés, entre ellas Save the Children y la catalana Proactiva Open Arms, suscribieran el código de conducta que les planteó el Ministerio del Interior italiano, un protocolo que prevé la presencia puntual de agentes de la policía judicial a bordo de las naves humanitarias. Jugend Rettet fue de las que no lo firmaron. Ayer esta organización, a través de las redes sociales, insistió en que su único objetivo ha sido siempre salvar vidas. Pidió paciencia a sus donantes y dijo que no quería alimentar las especulaciones. Su abogado presentará recurso contra el secuestro de la nave.
Para Save the Children, las revelaciones fueron embarazosas. Además del topo policial, parece que otros dos ocupantes de su barco denunciaron la actuación de Jugend Rettet. En un comunicado, Save the Children quiso puntualizar que las personas que se manejan como “testigos” de los hechos “no forman parte del personal humanitario” de la organización a bordo del Vos Hestia, sino que eran “componentes del personal de seguridad pertenecientes a la sociedad que colabora con el armador a la que se ha alquilado la embarcación”.
Las noticias sobre la presunta complicidad de una oenegé con los traficantes fueron aprovechadas por varios partidos de oposición –como la Liga Norte, Hermanos de Italia y el Movimiento 5 Estrellas– para reiterar sus críticas al Gobierno de Paolo Gentiloni sobre cómo ha gestionado la crisis humanitaria y la inacción ante los traficantes. Las acusaciones llegan incluso al expresidente Giorgio Napolitano, nonagenario, de quien el líder de la Liga Norte, Matteo Salvini, dijo que debía ser procesado por apoyar la acción militar que provocó el derrocamiento de Gadafi, en el 2011, que creó el vacío de poder y la explosión del tráfico masivo de inmigrantes.
La oenegé alemana al parecer remolcó a los traficantes y dejó que recuperasen un motor