La Vanguardia (1ª edición)

Los temas del día

-

El plácet de Donald Trump a las nuevas sanciones de EE.UU. contra Rusia, y el incremento de los ingresos por turismo respecto al año pasado.

ESTADOS Unidos ha aprobado una nueva serie de sanciones a Rusia, que Donald Trump firmó de forma obligada y contra su voluntad, que Moscú ha calificado de intento de abrir una “guerra comercial” entre los dos países y que la Unió Europea y, sobre todo, Alemania miran con mucho recelo. La cuestión de fondo es que las medidas adoptadas por el legislativ­o norteameri­cano están dirigidas a penalizar a toda empresa que participe en proyectos energético­s rusos, con referencia expresa a la construcci­ón de oleoductos, como el Nord Stream II, todavía no completado y con el que el gas ruso podrá llegar directamen­te a Alemania bajo el Báltico.

El Congreso y el Senado estadounid­enses decidieron de forma casi unánime ampliar las sanciones a Rusia, con el telón de fondo del Rusiagate y las supuestas interferen­cias moscovitas durante la campaña. Pero también para demostrar a Donald Trump, que prometió “abrir una nueva era” con Rusia, la fuerza del legislativ­o cuando se unen los dos partidos. El presidente no se mordió la lengua y afirmó que la ley de las sanciones “es significat­ivamente defectuosa” y que algunos de sus aspectos “son claramente inconstitu­cionales”, además de que “invade al poder ejecutivo su autoridad de negociar”.

La guerra entre la Casa Blanca y el Capitolio no ha hecho más que empezar y Rusia es el chivo expiatorio. El primer ministro ruso, Dimitri Medvédev, dijo ayer que la firma de las sanciones es un intento de la clase dirigente estadounid­ense de “humillar” al presidente. El número dos del Kremlin fue más lejos en sus acusacione­s al Congreso y al Senado: “La clase dominante ha derrotado completame­nte a Trump”, y vaticinó que el inquilino de la Casa Blanca será sometido a nuevos ataques, “cuyo objetivo final es apartarle del poder”. Hay que recordar que el hijo y el yerno del presidente están en el punto de mira de las investigac­iones del fiscal especial para el Rusiagate.

Pero al margen de esa batalla de poderes en Estados Unidos, las sanciones a Rusia no están bien vistas en Europa, que las interpreta como un intento de favorecer alas empresas de gas licuado estadounid­ense. Gazprom tiene en ejecución dos proyectos de gasoductos, uno por Alemania y otro por Turquía, con la participac­ión de empresas europeas y, especialme­nte, alemanas. El excancille­r socialdemó­crata alemán, Gerhard Schröder, es el presidente de la compañía Nord Stream AG que construye el gasoducto antes citado. Para Alemania es básico terminar esta infraestru­ctura energética, como lo es para Italia la proyectada por Turquía, vía Balcanes. Las diferencia­s entre Trump y Merkel son cada día que pasa más evidentes en diversos temas, como la lucha contra el calentamie­nto de la Tierra o el papel de la OTAN y de la Unión Europea en el mundo. Pero en el caso de las sanciones a Rusia, y por razones radicalmen­te distintas, ambos estadistas estarían en posiciones más cercanas.

En todo caso, las nuevas sanciones a Rusia aprobadas por el Congreso y el Senado estadounid­enses deben ser analizadas en el marco del contencios­o entre ejecutivo y legislativ­o norteameri­canos por el ejercicio del poder, pero también en la guerra empresaria­l y global por el dominio de la distribuci­ón energética desde los países productore­s a los consumidor­es. Ahí, Estados Unidos se juega su hegemonía energética y Europa buena parte de su futura independen­cia en materia de gas natural y licuado, al margen de las tribulacio­nes del presidente Donald Trump, que trata de salvarse de las embestidas que se le dirigen desde las filas de su propio partido.

Newspapers in Spanish

Newspapers from Spain