Siguen los abandonos
Los amos de animales se deshicieron de 22.000 perros y gatos en Catalunya en el 2015, un 9,6% menos que hace diez años
Las cifras de animales abandonados apenas se han reducido en la última década.
Un total de 22.215 perros y gatos fueron abandonados en Catalunya el año 2015. Cada 18 minutos uno de estos animales de compañía es recogido de la calle (por agentes rurales) o ingresado en centros de acogida. Las cifras no son alentadoras, ya que en 10 años apenas ha mejorado el comportamiento ciudadano hacia sus mascotas, según el Informe sobre el Abandono de Animales de Compañía en Catalunya, que compara la situación entre el 2005 y el 2015. Pese a que en este decenio se ha reducido un 9,6% el número de abandonos de estos animales (perros, gatos y hurones), las cifras demuestran que “aún hay una escasa sensibilización hacia los animales y muy poca concienciación social”, según el estudio, elaborado por el cuerpo de los Agents Rurals y la Cátedra Fundación Affinity Animales y Salud de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB).
La ocupación de los centros de acogida de animales ha aumentado un 16% en este periodo. Han pasado de dar cobijo a 8.459 perros y gatos en el 2005 a 9.856 en el 2015, en tanto que el número de estos centros se ha mantenido estable.
En el año 2015 el número de centros de acogida encuestados fue de 106 (el mismo número que en el 2005, aunque ahora hay menos centros públicos). “La tarea de los agentes ha permitido detectar un número mayor de centros no oficiales e, incluso, de particulares, y aunque este número de centros no oficiales es mayor que en el 2005 –y no se han detectado todos los existentes¬, muchos centros oficiales se han visto obligados a cerrar durante la crisis”, explica Paula Calvo, investigadora de la cátedra Fundación Affinity Animales y Salud.
Ahora, el mismo número de centros mantiene a un mayor número de animales. “Los sitios oficiales están sobrepasados por la realidad; están saturados” agrega. Esto se debe especialmente al aumento de un 10,5 puntos en el porcentaje de gatos recogidos.
La mayoría de los centros encuestados creen que “la situación se ha estancado o ha empeorado respecto a hace 10 años”, indica Calvo. Solo 30 de los 106 centros consideran que se ha mejorado levemente.
El aumento de mascotas en estos lugares de acogida se debe también a un creciente número de animales que no son adoptados. Algunos permanecen largos periodos de tiempo. En el 2015 no encontraron familia 3.335, un 11% del total. La mayoría son perros ancianos, razas potencialmente peligrosas y los que han vivido con personas con síndrome de Noé (acumulan animales sin reconocer que los mantienen en mal estado). Se trata de “animales invisibles”, explica Calvo.
Sólo el 25% de los centros manifiesta que ha tenido apoyo municipal, cuando los consistorios están obligados por ley. “Al ser competencia municipal, deberían controlar todo el proceso, desde la entrada hasta la salida de los animales, pero vemos que esto no sucede, que hay una baja implicación municipal”, expone Cristina Jané, agente rural y directora del estudio. Julio es el mes fatídico. “No es una casualidad que sea así, ya que es la época en que se registran mayores camadas indeseadas de gatos” añade Jané.
El número de perros y gatos recogidos sin identificación también es muy elevado. Pese a que el chip es obligado por ley y pese las múltiples campañas realizadas para concienciar de su uso, sólo el 18,9% de los animales rescatados lo llevaba. Y lo que es más grave, pese a ello se abandonaron igualmente. “La impunidad es una realidad. No le pasa nada a quien abandona un animal. Por eso hemos hecho un cambio en el régimen sancionador”, señala Ignasi Rodríguez, jefe de la Sección de Protección de los Animales de Compañía de la Conselleria de Territori i Sostenibilitat.
Antoni Mur, inspector jefe de los agentes rurales, propone realizar este estudio de manera continuada para saber dónde destinar los recursos de forma eficiente, dar soporte a los pequeños pueblos, mejorar los controles y hacerlos más sistemáticos y realizar más programas o actividades formativas con estos animales y concienciar a las generaciones futuras.
La ocupación en los centros de acogida ha aumentado un 16% durante el último decenio Un 19% de ejemplares recogidos llevaba el chip, por lo que la identificación no resuelve el problema