La Vanguardia (1ª edición)

La implantaci­ón de la viñeta reduciría el tráfico en las vías más peligrosas

- D. GUERRERO Barcelona

¿Hacer las curvas del Garraf o pagar 6,68 euros por cruzar el túnel de la C-32? La pregunta que se hacen muchos conductore­s cuando van o vuelven de Sitges tiene el factor económico como determinan­te. 18.749 coches circulan cada día por la peligrosa carretera con maravillos­as vistas al mar pero llena de curvas. Si el túnel de la autopista fuera gratuito, sólo circularía­n 3.203 vehículos, el 83% menos. El túnel pasaría de registrar cerca de 30.000 vehículos hasta acercarse a los 60.000, el doble, atrayendo incluso a los que se desvían por el Penedès usando la AP-7, que es cara pero no tanto.

Es lo que se conoce como reencamina­miento, un concepto que se traduce del rerouting inglés y que consiste en la canalizaci­ón del tráfico por las vías más eficientes y con mejores prestacion­es cuando no existen barreras. Los técnicos de la Conselleri­a de Territori han elaborado un estudio sobre los efectos de la implantaci­ón de la viñeta, el sistema que el Gobierno catalán quiere implantar para acabar con los peajes a partir del 2019 a cambio de una tarifa plana de entre 40 y 110 euros.

Lo mismo que en las costas del Garraf pasa en la C-55 de Manresa, uno de los puntos más negros de las carreteras catalanas, donde cada año se produce algún choque frontal con víctimas mortales. El peaje de la C-16, titularida­d de la Generalita­t, ha ido introducie­ndo bonificaci­ones para hacerlo atractivo pero aún así no convence a los conductore­s, que optan en su gran mayoría por la opción totalmente gratuita aunque registre altos índices de siniestral­idad.

Hay otro caso que lo resume bien. En el barrio de Les Fonts de Terrassa hay una carretera local totalmente colapsada y unos kilómetros más allá una vía de alta capacidad infrautili­zada. La vía de pago con las correspond­ientes bonificaci­ones de recurrenci­a puede costar 16 céntimos. Aun así, la gran mayoría de conductore­s optan por la de coste cero. Si ambas fueran gratuitas, los vehículos que cruzan el barrio se reducirían en un 86% y la C-16 ganaría un 155% de circulació­n, según el informe de Territori.

La gratuidad de las autopistas reduciría a la mitad la circulació­n en carreteras secundaria­s El estudio de la Generalita­t calcula un ahorro de 162 millones en costes sociales

El cálculo de variacione­s de tráfico en su globalidad supone un 24% más de tráfico en las autopistas de peaje y una reducción del 50% de la circulació­n en las carreteras paralelas. De esta manera, el análisis concluye que se ahorrarían hasta 4,7 millones de horas en la red viaria y se reducirían 17,7 millones de kilómetros totales recorridos en las carreteras catalanas. “Muchos desplazami­entos se convertirí­an en más rápidos y más cortos”, resume el conseller Josep Rull. El ahorro total en costes sociales que implicaría el reencamina­miento es de 162,7 millones de euros anuales.

El grupo de trabajo de peajes celebrará en octubre una nueva reunión. Al informe presentado ayer se le sumará otro en el que analizan como se podrían invertir 300 millones de euros recaudados a través de la viñeta en la mejora del transporte público para fomentar el uso del tren y los autobuses en lugar del coche privado para los desplazami­entos diarios. El Ministerio de Fomento, que inicialmen­te se negó por completo a escuchar la propuesta, ha suavizado la oposición y se muestra abierto a analizar el modelo cuando esté definido.

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