La Vanguardia (1ª edición)

Un niño de 13 años muere al caer por un acantilado en Roses

- Sílvia Oller

GIRONA Un niño de 13 años falleció ayer al caer accidental­mente por un acantilado de Roses (Alt Empordà). El menor, natural de Solsona, estaba de excursión con un grupo de 15 niños de 1.º y 2.º de ESO y tres monitores del casal de su municipio, siguiendo una ruta a pie por el camino de ronda que une Roses con Cadaqués, un itinerario que discurre por el parque natural del Cap de Creus. Por causas fortuitas, a la altura de la zona de los Romaguers, entre cala Montjoi y la punta Ferrera, la víctima resbaló y se precipito al vacío desde una altura de unos treinta metros y se golpeó en una zona de rocas. Los hechos ocurrieron sobre las doce de la mañana, momento en que los bomberos recibieron el aviso. Aunque los servicios de emergencia­s se desplazaro­n rápidament­e hasta el lugar de los hechos –situado a unos 12 km del centro de Roses– no pudieron hacer nada por salvar la vida del menor. Hasta el lugar adonde se precipitó la víctima no se puede acceder por tierra, por lo que los servicios de emergencia­s tuvieron que realizar las labores de rescate por mar y aire. En un primer momento, una embarcació­n particular trasladó los primeros bomberos hasta la zona del accidente. Fueron ellos quienes le practicaro­n las primeras maniobras de reanimació­n. Posteriorm­ente, un helicópter­o con personal del Grup d’Actuacions Especials y del Grup d’Emergèncie­s Mèdiques rescataron al herido, que fue trasladado en estado muy crítico en helicópter­o hasta cala Montjoi. Una vez en tierra, una ambulancia lo trasladó hasta el centro médico del camping, donde se certificó su muerte. Los compañeros de la víctima, que quedaron en estado de shock tras presenciar el accidente, tuvieron que ser atendidos por psicólogos. El lugar donde se produjo el mortal accidente es una zona rocosa situada en un espacio virgen. Se trata, según fuentes municipale­s, de un espacio frecuentad­o por turistas y senderista­s por las magníficas vistas que se tiene de las calas vírgenes y aguas claras por las que discurre el sendero. El menor formaba parte de un esplai de Solsona que había programado una ruta de una semana resiguiend­o la Costa Brava haciendo vivac. El grupo había iniciado la ruta hacía sólo tres días y tenía previsto finalizarl­a el 7 de agosto en Cadaqués. Los monitores que acompañaba­n a los menores estaban titulados y cumplían las ratios de niño por monitor. Los integrante­s de esta ruta eran de Barcelona, Lleida y Solsona. El Consistori­o asegura que cada año realiza un mantenimie­nto de los 17 kilómetros de camino de ronda que transcurre­n por el término municipal reforzando los puntos más peligrosas. En el año 2013 un ciclista se precipitó en la zona de la Almadrava, pero en aquella ocasión las consecuenc­ias no fueron tan trágicas. /

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