La familia real, entre el mar y la tierra
Felipe de Borbón participa en las regatas de la Copa del Rey Mapfre con el barco más antiguo de la flota, el velero Aifos que fue botado hace 21 años y Pierre Casiraghi pilota la embarcación más moderna de la prueba, el catamarán volador Malizia. A pesar de competir en diferentes categorías, el Rey y el sobrino de Alberto de Mónaco comparten un objetivo común: lograr uno de los trofeos, a poder ser el principal, que mañana se entregarán al final de las pruebas .
Felipe de Borbón y Pierre Casiraghi Grimaldi se desearon suerte mutuamente al saludarse ayer en las instalaciones del club náutico de Palma antes del inicio de la prueba. El Rey está, como el resto de sus compañeros de tripulación, encantado por los resultados obtenidos hasta el momento que les aseguran un puesto de honor y Casiraghi también puede conseguir un trofeo. Mientras el Rey disfruta de la competición, su familia disfruta del mar. La Reina y sus hijas realizan excursiones por el interior gozando del anonimato que tanto atesoran, mientras los
hermanos Marichalar y Urdangarin hacen planes aparte y ayer se les vio divirtiéndose en las instalaciones del parque acuático de Marineland.
La infanta Elena tenía previsto acudir anoche a los toros para presenciar las faenas de los hermanos Francisco y Cayetano Rivera y de Alejandro Talavante en la que puede convertirse en la última corrida que se celebre en Palma, tras la nueva ley balear que prohíbe que se dé muerte a los toros. Esta noche, la reina Sofía acompañará a los Reyes en la tradicional recepción a los representantes de la sociedad balear que reunirá a más de quinientas personas en el palacio de La Almudaina.