El Barça ya dispone de los 222 millones para rediseñar el equipo
El Barça recibe un ingreso nunca visto y se dispone a rediseñar un equipo sin Neymar
Un cheque con una cifra insólita escrita a máquina: 222 millones de euros. Ese pedazo de papel tocaron ayer con sus manos Óscar Grau, director general del FC Barcelona, y Roman Gómez Ponti, jefe de los servicios jurídicos del club. Ambos, ya avisados, fueron quienes recibieron en las oficinas del Camp Nou a la comitiva de abogados brasileños trajeados que, por la tarde, en representación de Neymar, cumplieron con la orden de entregarle al Barça la millonaria cantidad estipulada en la cláusula de rescisión del futbolista. Ni un euro más ni un euro menos. Neymar, después de cuatro temporadas, ya no es futbolista del Barça. El pago de la indemnización rompe el contrato que unía a ambas partes, actualizado hace tan sólo nueve meses, de manera unilateral. Es probable que hoy mismo sea presentado en París a lo grande como la mayor estrella que jamás haya vestido la camiseta del PSG.
La jornada volvió a ser larga y anticipa nuevos capítulos. Los abogados brasileños pasaron primero por Madrid, de buena mañana, pero en la sede de LaLiga, tal y como había amenazado su presidente Javier Tebas, el pago de la cláusula fue rechazado alegando que el dineral entregado no procede de la industria del fútbol sino de otras fuentes, alterando la normal y libre competencia. Fue un acto más simbólico que efectivo, un toque de atención reproducido por medios de comunicación de todo el mundo (eso buscaba Tebas) para alertar acerca del cambio de paradigma que amenaza el fútbol, cuya inflación es ya insoportable. En Francia no recogieron el guante sino todo lo contrario. La LFP francesa contraatacó con un comunicado criticando la actitud de su homónima española y, casualmente, Emmanuel Macron, presidente de la República, se dejaba fotografiar con Nasser Al-Khelaifi, amo y señor qatarí del PSG. En el Barça apreciaron el gesto de Tebas, aunque teóricamente sea persona non grata, y en una nota hecha pública una vez esfumado oficialmente Neymar, se subrayaba que “el club trasladará a la UEFA los detalles de esta operación para que depuren las responsabilidades disciplinarias que puedan derivarse del caso”. El Barça, de hecho, insta a la UEFA a investigar si este fichaje podría romper con la normativa del fair play financiero, una sospecha que, en cualquier caso, no podrá ser resuelta por el organismo europeo hasta enero del 2018, ya que los plazos estipulados para estudiar las cuentas de los clubs para apreciar irregularidades entre ingresos y gastos se analizan por trienios.
AL MERCADO El club, que “trasladará a la UEFA” los detalles de la operación, irá a por Coutinho y Dembelé EN OBSERVACIÓN La directiva tiene muchísimo dinero para fichar pero también la mirada del barcelonismo en el cogote
Si el dinero es sucio, limpio, legal o ilegal dará igual en las próximas semanas cuando el Barça se disponga a repartirlo por un mercado de antemano aquejado de una inflación ahora definitivamente desbocada. El Barça dispone de 222 millones (al PSG le corresponderá además el pago de los consiguientes impuestos en Francia, cuyo montante varía según las fuentes) y todos los clubs de Europa lo saben. La táctica azulgrana pasa por no precipitarse (Gaspart dejó para los anales de la historia un manual de cómo no comportarse tras la tocata y fuga de Figo) pero será todo un desafío lograrlo y combinar la estrategia de la contención ante la impaciencia inherente a cualquier afición, en particular la del Barça.
El barcelonismo vigilará de cerca los movimientos de la directiva y su presidente, guiados por los consejos de los servicios técnicos, no muy acertados en el pasado verano. El incuestionable vacío deportivo dejado por Neymar obliga a rediseñar al equipo. Probablemente no se trate de cambiar una pieza por otra sino de dotar al juego de otras virtudes que el liderado por el tridente no podía ofrecer. Hay que ganar en consistencia, recuperar el sentido colectivo del juego y ocupar mejor el centro del campo. Ernesto Valverde es el hombre elegido para la misión.
Los nombres están ya marcados. Para ocupar la posición de extremo izquierdo que defendía Neymar el objetivo es el jovencísimo Ousmane Dembelé (20). El Dortmund había fijado el traspaso en un precio prohibitivo (superior a los 80 millones), aunque ahora el Barça, lógicamente, lo puede todo. Lo mismo sucede con Coutinho, centrocampista ofensivo de 25 años destinado a tomar el relevo generacional de Iniesta. Faltarán más piezas. En el centro del campo gusta Paulinho porque se le ve como un Keita en potencia, aunque su perfil no recuerde en nada a la que parecía pieza indispensable del nuevo proyecto, Marco Verratti.
Hechos los fichajes, sobrarán beneficios. Llegará el momento de decidir hacia dónde se orientan. Amortización de la deuda, financiación del Espai Barça...