Mecano Camelot
Transformers: El último caballero Dirección: Michael Bay Intérpretes: Mark Wahlberg, Anthony Hopkins, Josh Duhamel, Laura Haddock Producción: EE.UU., 2017. Duración: 149 minutos. Fantástica.
Conscientes los artífices de Transformers de que en una quinta entrega de la franquicia ya no caben argumentos sensatos, que la gallina puede seguir dando huevos de oro en taquilla pero ya está afónica cuando canta quiquiriquí, han decidido muy sanamente lanzarse por la pendiente del disparate. Pues no otra cosa que disparate es mezclar a Optimus Prime, Bumblebee, Megatron y otras piezas de la habitual cacharrería con Arturo, Lancelot, Percival, Gawain, etcétera, es decir, los legendarios caballeros de la mesa redonda. La fiesta empieza con el mago Merlín (Stanley Tucci, quien en el Transformers precedente, La era de la extinción, interpretaba a otro personaje) y una espectacular batalla con dragón flamígero mecánico incluido, sin duda pensando en el tirón de Juego de tronos. Esta trama delirante permite la comparecencia de un aristócrata flamboyant, lo mejor de la película gracias a la ironía y astucia de viejo felino con que lo interpreta Anthony Hopkins, cuyo fiel mayordomo es un robot la mar de gracioso. La escena en que ambos reciben en su lujoso castillo a Wahlberg y a la joven e ilustrada profesora es un momento de comedia brillante, con diálogo venenoso sobre los contrastados talantes (yanqui e inglés, respectivamente) de los invitados. Y es que la comedia, nunca ausente de la saga, toma aquí asiento de primera y ayuda a digerir las desmesuradas dos horas y media de empacho digital de este macizo, divertido entretenimiento de verano que también cuenta con una descacharrante escena submarina se diría que diseñada por el mismísimo Jules Verne. /