Adif asegura ante el juez que la curva de Angrois no suponía un riesgo especial
Por primera vez un responsable de la infraestructura responde en el juzgado
La curva de Angrois no representaba ningún riesgo especial para la circulación ferroviaria y, aunque supusiera un giro cerrado tras 80 kilómetros casi rectos, el peligro resultaba equiparable al de los otros 12.000 kilómetros de la red, aseguró ante el juez Andrés Cortabitarte, en representación del Administrador de Infraestructuras Ferroviarias (Adif), del que era director de seguridad. Cortabitarte comparte con el maquinista, Francisco José Garzón, la condición de investigado en esta causa judicial. En su declaración del 27 de julio descargó la culpabilidad en el conductor, por distraerse hablando por teléfono, y afirmó que “no sé lo que es” la evaluación integral de riesgos que echa en falta la Unión Europea. También desvió la responsabilidad a Renfe y la consultora Ineco.
El vídeo de la vehemente comparecencia de Cortabitarte en el juzgado de instrucción número 3 de Santiago refleja todo un hito en este proceso judicial. Cuatro años y tres días después de la catástrofe de Angrois que acabó con 80 muertos y 144 heridos, por primera vez un responsable de la infraestructura respondió ante el juez. En las ocasiones anteriores en las que Cortabitarte y otros altos cargos de Adif y Renfe fueron citados como imputados se negaron a declarar a la espera de que, como después ocurrió, la Audiencia Provincial de A Coruña les levantase la condición de encausados.
Pero el año pasado, mientras se preparaba ya la celebración del juicio con el maquinista como único acusado, la instrucción dio un vuelco cuando se conoció que la Agencia Ferroviaria Europea, por intermediación de las víctimas y del BNG, estaba elaborando un informe muy crítico con la Administración española, por haber omitido la evaluación integral de riesgos y carecer de un organismo independiente de investigación de accidentes.
Antes incluso de que se hiciese público el informe la intervención europea desencadenó la reapertura de la instrucción con un nuevo investigado además del maquinista, el responsable de Seguridad de Adif cuando se puso en marcha de la vía.
Esta vez Cortabitarte no logró que la Audiencia le liberase de comparecer y tuvo que enfrentarse al incisivo nuevo fiscal, Mario Piñeiro, cuya actitud contrasta con la de su antecesor. En las respuestas de Cortabitarte al fiscal y al juez Andrés Lago Louro afloró el ya clásico debate de si tendría que haber un mecanismo de seguridad automática, como el Ertms que fue eliminado al cambiar el proyecto de la curva y que había sido desconectado en el tramo anterior, en el que sí estaba instalado. El representante de Adif aseguró que bastaba con los avisos de los carteles, la hoja de ruta y las balizas del sistema Asfa, que no detiene el tren. Dijo en dos ocasiones que con el conductor despistado, circulando a más del doble de lo permitido, no cambiaría nada “aunque le pongamos un florero”. Afirmó que con las tesis de seguridad del fiscal habría que “cerrar 12.000 kilómetros de líneas” y presumió de que España tiene uno de los índices más bajos de accidentes ferroviarios de la UE.
El representante oficial dice ignorar qué es la evaluación integral de riesgos que echa en falta la UE